Ya desde los tiempos de la dictadura el Opus desarrolló todo tipo de "técnicas" para evadir dinero de forma ilegal. Esto se aprecia en el siguiente texto en el que además se mencionan las fuentes de la información:
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Recuerdo que los opus dei en los tiempos de la dictadura, cuando España era pobre por el sistema de la autarquía y el aislamiento internacional, idearon y pusieron en práctica todo tipo de tretas para sacar divisas del país sin ser vistos. Incluso las numerarias llevaban los billetes cosidos en la ropa.
Los pormenores los han contado Moncada, "Opus Dei, una interpretación", Indice, Madrid 1974
y Jesús Ynfante, "Opus Dei, Así en la tierra como en el cielo" Grijalbo 1996.
Una pieza clave de estas movidas debió de ser Rafael Termes (1918-2005), fiel a Escrivá hasta después de su muerte. Observo que Rafael Termes ha sido un defensor del liberalismo económico, me baso en los títulos de sus artículos y libros en los que participó. Es inaudito como alguien perteneciente a una institución cuya divisa y modo de actuación es el autoritarismo y el secretismo más estrictos puede hablar de liberalismo en cualquiera de sus sentidos sin que nadie que lo lea reaccione. A Rafael Termes como a todo buen numerario triunfante no le faltaron cargos y distinciones, incluido su sillón en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, la Cruz del Mérito Civil y etc, etc.
Termes jamás olió ninguna condena ni atisbo por evasión de capital ¿a quién se le ocurre? esas movidas eran voluntad de Dios. Y si España estaba en el furgón de cola de la economía y millones de españoles tuvieron que emigrar para buscarse la vida era un problema que nada tenía que ver con el opus dei."
Pero el desarrollo de “técnicas” para evadir capital, es algo que nunca parecen haber dejado en desuso. Tanto es así, que con el tiempo han logrado mover sumas multimillonarias a su antojo con total impunidad. La forma de como operan se describe en este extracto de una traducción de un artículo de la revista francesa Golias-éditions.
"José María Ruiz Mateos era fundador y dirigente del gran holding privado RUMASA, Cuando hace treinta años, el Opus Dei empezó a interesarse por él, Ruiz Mateos ya se había dado a conocer por sus cualidades extraordinarias como empresario, en especial como productor de vino de Jerez (marca Dry Sack). En 1963 Ruiz Mateos entró en la Obra como supernumerario.
El negociante de vino y alcohol de carrera prometedora entró en contacto con dos miembros importantes del Opus Dei: el presidente del banco Popular español, Luis Valls Taberner y el ministro de industria, Gregorio López Bravo. Más tarde se le unieron el presidente de la asociación de los bancos privados españoles Rafael Termes Carrero y el presidente de las cajas de ahorro españolas, Sancho Dronda. Estos tres banqueros son personalidades importantes en el seno del Opus Dei.
Estas amistades permitieron a José María Ruiz Mateos pasar de productor de vino y alcohol a patrón de un gran holding: a través de un gran número de compra de sociedades, erigió un conglomerado multinacional gigantesco de alrededor de 600 empresas y 20 bancos, que empleaba a 60.000 trabajadores. Así se crearon empresas fantasma y se realizaron beneficios ilícitos, de los que el Opus Dei se aprovechó ampliamente (como José María Ruiz Mateos confesará después), a través de donaciones que él sacaba de su holding.
Por orden de las autoridades financieras españolas el holding tuvo que someterse a un importante control fiscal. En 1983 José María Ruiz Mateos rechazó una vez más tener en cuenta el ultimátum. Fue expropiado por el estado español para evitar males mayores y salvar miles de empleos. En efecto se descubrió que el industrial había endeudado a Rumasa por una cantidad de 2 mil millones de dólares (1.875.000.000 euros).
Durante la prisión preventiva Ruiz Mateos, anteriormente tan poderoso, comenzó a dudar de la fidelidad de sus antiguos amigos del Opus Dei. Se dio cuenta de que en realidad sólo él figuraba como acusado. De hecho, para “salvar los muebles”, sus amigos habían tramado una conspiración que lo transformó en chivo expiatorio. Pero la lengua del riquísimo hombre de negocios se desató a medida que iba rechazando jugar el mismo juego. Afirmó que tres miembros dirigentes del Opus Dei español, Alejandro Cantero, Juan Francisco Montuenga y Salvador Nacher, no sólo le habían pedido dinero para el Opus Dei en varias ocasiones, sino que ellos le habían indicado las cuentas en las que había que hacer los ingresos.
En mayo de 1986, la dirección del Opus Dei le fijó un ultimátum: le excluirían de la organización sino retiraba sus acusaciones. El industrial español no se mordió la lengua. Enseñó quince fotocopias para probar que los miembros del Opus Dei y de instituciones próximas a la organización estaban profundamente implicadas en el caso. Sin embargo el proceso instruido en los juzgados no progresaba ni un milímetro. Jiménez Lablanca, el procurador, era también miembro del Opus Dei… José María Ruiz Mateos lo acusó incluso de estar al corriente de las transacciones fraudulentas.
Si se añaden las cifras de las que se habló en este conflicto con el Opus Dei “familia pobre” – se estima en más de 50 millones de dólares (o sea 44.620.830 euros) la suma de los fondos desviados. Según los periódicos españoles, no sería más que la punta del iceberg. En realidad, había sumas más importantes en juego. Como prueba las sumas que pasaron de Rumasa al Opus Dei. Mientras que el holding estaba al borde de la quiebra, José María Ruiz Mateos afirma que habría pagado de nuevo 1,5 miles de millones de pesetas (alrededor de 9,15 millones de euros) al Instituto de Educación e Investigación (IEI) estructura próxima al Opus. Cuando el opus dijo que se trataba de una institución educativa, Ruiz Mateos contestó: “¿qué quiere decir en este caso institución educativa? El IEI es uno de los institutos creados en 1981 por el Opus Dei con la intención de poder cobrar el dinero de sus miembros. López Bravo sólo prestaba su nombre al mismo. Alejandro Cantero y Francisco Montuenga me pedían directamente el dinero como directores del Opus Dei en España. Cuando lo hacían les daba siempre, jamás supe donde iba a parar ese dinero. Jamás me dieron un recibo. Cheques, en especie, transferencias bancarias: las maneras de dar al opus dei son innumerables. El IEI no era más que una de ellas.”
Por supuesto el Opus Dei desmintió enérgicamente estas afirmaciones. Según la institución José María Ruiz Mateos habría falsificado los hechos. “Y además la Obra no sería responsable de las actividades libres de sus miembros” según un vicario regional español.
Estas “actividades libres”, llevadas por los miembros del Opus según el espíritu de la organización son prácticamente impenetrables. Por otra parte la Obra no se encarga de la dirección espiritual lo que le permite no aparecer en escena. Y como los miembros del Opus son generalmente desconocidos, las relaciones entre estas instituciones y la Obra quedan a menudo sin descubrir. A menudo, los responsables opusdeístas hablar de simples fundaciones o de instituciones de “utilidad pública”.
Los principios del sistema de fundaciones del Opus Dei pueden comprobarse en la Bolsa de Londres, donde en 1964 se creó la Netherhall Educational Association, ya citada, también un poco más tarde la Fundación General Mediterránea en España FGM, por un grupo bancario próximo al Opus Dei, el Atlántico-Bankunión. Al mismo tiempo en 1972 en la bolsa de Zurich se creó la Fundación Limmat, que mientras floreció el holding Rumasa, se desarrolló progresivamente para convertirse el punto central de una red internacional de fundaciones y bancos próximas a esas fundaciones. Curiosamente la mayoría de los miembros de esas fundaciones eran a su vez miembros del Opus Dei.
La fundación Limmat fue creada por el abogado de Zurich Alfred Wiederkehr, que aparentemente no es un miembro del Opus Dei. Aportó un capital de 100.000 francos suizos (5.354.800 euros). La fundación “persigue exclusivamente objetivos de utilidad pública especialmente en el ámbito de la educación, tanto en el interior del país como en el extranjero. Está exenta de impuestos puesto que es de interés público”, afirman los responsables del Opus Dei.
Casualmente Alfred Wiederkehr que se convertiría en el presidente de control de la fundación era presidente del consejo de administración de Nordfinanzbank de Zurich, que tenía la función de banco corriente del holding Rumasa. Las transacciones que Ruiz Mateos mostró en fotocopia pasaban por Nordfinanzbank. De este modo Alfred Wiederkehr efectuaba los pagos por medio de falsos bancos.
Alfred Wiederkehr estaba en activo no sólo para la fundación Limmat y el holding Rumasa, sino también en el emporio bancario de Roberto Calvi. El denominado “banquero de Dios” por sus considerables negocios con el Vaticano era director del mayor banco italiano, el Ambrosiano, que quebró de manera espectacular en 1982. Calvi fue condenado a cuatro años de prisión por comercio ilegal de divisas. Lo encontraron ahorcado bajo un puente de Londres. La policía inglesa dijo primero que era un suicidio, pero más tarde las autoridades británicas pusieron en duda esta afirmación.
Además del banco Ambrosiano, el IOR, el banco del Vaticano y su presidente entonces el cardenal arzobispo Marcinkus estuvieron en la picota. El banco del Vaticano era con mucha diferencia el mayor accionista minoritario en el holding bancario en quiebra de Calvi. La policía bancaria italiana calificó al Vaticano de “responsable” en la materia. Sorprendentemente el Vaticano, sin firmar ningún reconocimiento de deudas, ofreció un arreglo a 88 acreedores del banco Ambrosiano y se entendió con ellos por un total de 250 millones de dólares (150 mil millones de francos franceses), suma sobre de la que el Vaticano descontó 6 millones de dólares (36 millones de francos franceses) por pago rápido.
Todos estos hechos están hoy probados pero queda la gran cuestión de saber como el Vaticano que a la sazón experimentaba grandes dificultades para pagar a sus empleados pudo encontrar tan rápidamente el dinero para satisfacer a los acreedores. Se dice que los financieros del Opus Dei intervinieron y exigieron a cambio poder ejercer una influencia determinante sobre la política del Vaticano con respecto a los países comunistas y en vías de desarrollo. Esta afirmación concuerda con la de la familia Calvi y también con las del antiguo patrón de Rumasa, José María Ruiz Mateos. El Opus Dei por supuesto desmiente la afirmación con la estereotipada frase según la cual “el Opus Dei persigue fines religiosos y no tiene que ver con asuntos de carácter comercial.”
En 1975 los españoles José Ferrer Bonsoms y Pablo Bofil de Cuadras participaron en las reuniones del comité de la fundación Limmat. Desde los años cincuenta, sesenta Pablo Bofil tenía la reputación de ser financiero del opus dei. El y José Ferrer formaban parte de la dirección del banco Atlántico, institución próxima a la Obra, en el consejo de administración del que estaba también Alfred Wiederkehr, como dice el periodista español Ernesto Ekaizer. Además en 1962 Pablo Bofil y José Ferrer fundaron Bankunión, una sociedad industrial y financiera. Así se creó el grupo Atlántico-Bankunión. Más tarde José Ferrer pidió al banco Hambros que participara en Bankunión. En resumen, se creó un sistema financiero enteramente controlado por el Opus Dei.
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Después de conocer la información referida, no extraña que Falciani cifre en 200.000 millones de EUR el dinero que se evade en impuestos
en un Banco en Suiza procedente de políticos y empresarios presumiblemente del Opus o allegados, porque de lo contrario serían perseguidos, y esto es solo la punta de un iceberg, porque se sabe que los defraudadores no tienen su dinero en un solo banco. (Fuente eldiario)
No es de extrañar que el PP (partido del Opus Dei) haga lo posible por obstaculizar la investigaciones del caso Gürtel, Bankia, etc. (ver más en SAQUEO DEL DINERO PÚBLICO)
A lo ya expuesto, solo añadir, que Ettore Gotti Tedeschi, miembro del Opus y presidente del Banco Vaticano, ha tenido que dimitir al ser descubierto por la policía italiana en un asunto de blanqueo de dinero. Interesante saber que Ettore Gotti fué ex-presidente de la división italiana del Banco de Santander, el banco del tristemente famoso Emilio Botín.