LA CUARTA PLANTA
Alberto Moncada
En los últimos tiempos se constata un creciente número de enfermedades mentales, entre los socios numerarios del Opus Dei y un peculiar tratamiento de ellas en la cuarta planta de la Clínica Universitaria de Navarra. A la cuarta planta son enviados los miembros de Opus con problemas. Por una parte, hombres y mujeres que sufren trastornos psicológicos producidos por las contradicciones de la vida del numerario. Al cabo de cierto tiempo, muchos entran en depresiones, en neurosis... Los directivos del Opus no permiten que profesionales de la salud mental ajenos a la Obra se ocupen de ellos y han organizado un equipo propio en Pamplona, dirigido por el doctor Cervera y nutrido exclusivamente por miembros del Opus, para tratarlos.
La segunda fuente de pacientes para la cuarta planta son los indecisos o críticos. Los directivos del Opus comparten con los teóricos del estalinismo la tesis de que la desviación ideológica es una enfermedad mental y cuando algunos numerarios del Opus atraviesan crisis de identidad son aconsejados o forzados a pasar una temporada en la cuarta planta.
Según algunos de los socios tratados, hoy fuera de la Obra, el trabajo del equipo médico no consiste tanto en ayudar a recuperar la salud, a clarificar la identidad sino, sobre todo, a insistirles que sigan en el Opus y acepten su enfermedad como prueba divina.
Así se explica la exnumeraria Carmen Charo Pérez de San Román, paciente de la cuarta planta: "Yo sufrí una depresión debido a la vida llevada en la Obra como numeraria, de negación de toda autoestima, de fomento permanente de la inseguridad personal, de incoherencia entre lo que se vive y lo que se piensa... Estuve en este estado los últimos siete años. Los síntomas desaparecieron rápidamente al abandonar la Obra y comenzar una nueva vida".
"Quiero denunciar el aniquilamiento de la personalidad que e lleva a cabo en la Obra y también la falta escandalosa de profesionalidad y de ética de los médicos que me trataron, ya que permanentemente dejaron que creciera en mi conciencia la idea de sufrir una enfermedad seria y crónica, enviada por Dios, la cual debía de aceptar con sumisión y agradecimiento".
"Siempre las directoras de la Obra y los médicos me hicieron creer que Dios me quería enferma y yo le día una entrega absoluta y sin reservas, ya que le había entregado la vida. Jamás se plantearon, ni me dejaron pensar que yo sufría una crisis existencial, un ahogo absoluto de mi personalidad, de todo mi ser, al que estaba impidiendo creer y manifestarse. Jamás me dejaron libertad, me abrieron puertas y caminos, me dieron pautas de conducta para madurar como persona y ser más libre. Lo único que estaba claro es que yo debía perseverar en el Opus Dei contra lo que fuera, incluso a pesar de mi vida".
"Para mí, esto es un motivo de escándalo, que aún hoy, 15 años después de mi salida de la Obra, me subleva interiormente porque lo considero una forma de tortura, que desde luego, Dios no puede bendecir".
Muchos de los pacientes de la cuarta planta son mantenidos en estado de fuerte sedación por la abundancia de tranquilizantes y otras drogas debilitantes de la voluntad que les suministran. Este tratamiento se practica también en las casas cuando sus directores perciben síntomas de estas situaciones. De esta manera, los médicos del Opus, cómplices del mando opusdeista, incumplen su primer deber deontológico, actuar para el beneficio individual de sus pacientes.
Los directivos del Opus mantienen esa utilización interna de la cuarta planta en total discreción y aunque a ella concurren pacientes externos de Psiquiatría, los pacientes internos están aislados, incluso de sus propias familias, a los que se les oculta la situación real con noticias tales como que "están descansando, pasando una temporada de reposo por el desgaste profesional".
Como ha llegado el Opus a esta situación, a la creación de un "GULAG" para sus propios miembros?.
La evolución del movimiento creado por Escrivá de Balaguer permite encontrar algunas interpretaciones. Escrivá diseñó un modo de vida para los numerarios calcado del de los religiosos: votos de pobreza, castidad y obediencia, reglas de control de las actividades por los superiores, obligación de residir en casas propias, etc. Pero la contradicción es que, paralelamente, se afirma que los numerarios son ciudadanos corrientes, que tienen una profesión y la ejercen con libertad en el mundo, que son responsables de sus propias opiniones y decisiones. En una primera época, cuando la mayoría de los numerarios ejercían profesiones académicas, apenas se producían conflictos. Fue más adelante, cuando había numerarios, e incluso numerarias, ejerciendo otras profesiones, que empezaron a surgir. El tema más conflictivo empezó siendo el dinero. Los numerarios deben entregar el Opus todo lo que ganan y recibir de la caja de la casa una cantidad para sus gastos. Pero si un profesional, abogado, arquitecto, médico, comerciante decide hacer inversiones en sus oficios o negocios necesita la autorización de sus superiores, algo que se complica si quieren pedir créditos bancarios. A esa contradicción se fueron sumando otras, la de tener que abandonar cada cierto tiempo el trabajo civil para actuaciones apostólicas, la de cambiar de casa o ciudad por las mismas razones, hasta ir haciendo prácticamente imposible la realización normal de una actividad profesional. Contradicciones que producen crisis de identidad.
Actualmente la mayoría de los numerarios trabajan en ocupaciones internas, son sacerdotes, funcionarios de la burocracia opusdeista, profesores en los centros de enseñanza propios... Con lo que realmente su empleador es el mismo Opus Dei, de modo que son las mismas autoridades las que controlan a la vez su observancia religiosa y su trabajo. Ello simplifica las contradicciones al precio de haber convertido al numerario en otra cosa, en un religioso disfrazado de civil y, con la intensificación del carácter sectario de la organización, en un robot manejado a distancia.
A su vez las autoridades han ido evolucionando. Hoy la gente llega al poder, al mando, preferentemente por lealtad a la organización y ello les impide entender y resolver las contradicciones intelectuales y vitales que sufren tantos socios. Además, las personas que ocupan cargos internos apenas tienen experiencia civil, su vida ha transcurrido dentro de la organización y toda su preocupación es mantener el control personal e ideológico de los socios. El actual prelado, Javier Echevarría, entró en el Opus muy joven, no ha estudiado en universidades civiles, ha vivido siempre en Roma, pegado al mando y no ha tenido ninguna experiencia profesional.
En cuanto a la ideología, y aunque se predica la libertad profesional, de hecho lecturas, viajes, contactos están controlados. Una consecuencia sociológica de ello es que entre los numerarios apenas hay gente que ejerza profesiones críticas. Hay médicos, ingenieros, militares, abogados, empresarios, pero no hay humanistas, poetas, sindicalistas, políticos progresistas. Los numerarios y los supernumerarios son profundamente conservadores en sus opiniones y afiliaciones políticas. Una antigua numeraria fue severamente criticada en el confesionario porque no votó al Partido Popular en un determinado momento.
Son los supernumerarios, casados y con un lazo no muy estrecho con la organización, los que encarnan la doctrina de la obra de que sus miembros deben actuar en el mundo. De hecho los supernumerarios, extraídos del catolicismo más tradicional, sirven principalmente para financiar las actividades del Opus a través de esa contribución del diez por ciento de sus ingresos que deben efectuar, como parte de su compromiso.
El dedicarse preferentemente a los asuntos internos condiciona la perseverancia. "A donde voy a ir a mi edad, -comentaba un numerario cincuentón-; no he ejercido mi profesión, no tengo dinero, aquí me cuidan bien, tengo una casa confortable, servicio doméstico, mis necesidades están cubiertas. Si me voy a la calle a empezar de nuevo, me sería muy difícil". Así hay tanta perseverancia forzada, tanto aguantar decisiones con las que no se está de acuerdo, algo que desemboca obviamente en el cinismo. El Opus, al contrario que otras organizaciones religiosas, no tiene previsto ayudar económicamente a los miembros que se lo abandonan.
Otra característica del nuevo Opus influye también en la creación de mentes enfermas. La recluta de numerarios que se hacía normalmente en la Universidad, hoy se hace antes. Es muy difícil convencer a adultos de que se hagan numerarios como es igualmente difícil que la Iglesia católica consiga vocaciones para el celibato sacerdotal. Por ello la recluta se practica entre niños, especialmente entre hijos de supernumerarios que son educados en colegios del Opus. Y aunque la ley canónica prohíbe que se puedan reclutar antes de los 18 años, -el cardenal Hume de Londres tuvo conflictos graves al prohibir esa práctica en su diócesis-, se acude a un truco legal. Y es que se ha creado la figura del aspirante que puede entrar en la Obra a los catorce años y medio y luego pasar a numerario aunque, desde el principio, está sujeto a las mismas reglas.
Ciertamente que a ello contribuye la progresiva transformación del Opus en una red de colegios. Escrivá sostenía al principio que la Obra nunca tendría centros de enseñanza, que sus socios trabajarían en centros públicos pero, con el paso del tiempo, las necesidades de supervivencia y los cambios sociales, han hecho variar la estrategia opusdeista. Aprovechando el abandono por los jesuitas de la educación de las elites, el Opus ha abierto cientos de centros, especialmente en el mundo latino, a los que acuden las clientelas católicas. La educación mantiene el tono elitista y conservador que esas familias desean, incluso no hay colegios mixtos sino separados por sexos. Los centros del Opus tienen buena calidad técnica pero sus profesores están obsesionados con la idea de reclutar numerarios y numerarias y usan las tutorías docentes para ese fin. Una coalición inmoral entre profesores y confesores conduce a la presión sobre los alumnos que tantos han documentado ya, especialmente en los testimonios que aparecen en la página web: www.opuslibros.com.
La presión sobre los candidatos produce precoces vocaciones opusdeistas que se consideran por el mando como la mejor productividad de esos colegios. Pero también produce personalidades débiles, alojadas en esa burbuja ideológica y costumbrista que es hoy el Opus de los numerarios. Muchos, la mayoría, se salen en cuanto pueden empezar a pensar por su cuenta, en cuanto sienten más intensamente las pulsiones sexuales. Pero otros se autorreprimen, se fanatizan y uno de los efectos secundarios de esta manera de proceder por los mandos son los trastornos psicológicos de tantos chicos y chicas, algunos de los cuales, incluso, han intentado suicidarse (ver página web citada). Una mención especial merecen las numerarias auxiliares, las que se dedican a limpiar las casas. Según Escrivá eran sus "hijas pequeñas" y ese tratamiento pueril se mantiene de por vida, con una rigurosa separación en dormitorios, reuniones, etc, de las otras numerarias. Lógicamente, como todo el servicio doméstico, estas asociadas proceden de países más pobres pero, a la larga, tal discriminación produce abandonos y también daños psicológicos graves.
La cuarta planta es, hoy, la última expresión de esa progresiva transformación del Opus Dei en una secta aunque el Vaticano se siente cómodo con esta organización para llevar a cabo esa contrarreforma de los nuevos modos que se abrieron en el último concilio. Otras organizaciones parecidas, como los Legionarios de Cristo o los Neocatecúmenos tienen, junto al Opus, el favor de este Papa, en detrimento de la influencia de otras organizaciones que, no hace mucho tiempo, constituían el tejido orgánico de la Iglesia católica (los jesuitas, los dominicos o los franciscanos, que han ido evolucionando y acoplándose a las nuevas realidades sociales).
Este tipo de organizaciones fundamentalistas y sectarias están contribuyendo a que, de hecho, existan dos Iglesias católicas: la Vaticana, -tradicional, amiga de la cercanía a los poderes civiles, insistiendo en los viejos temas de la sexualidad, la formalidad, la lealtad-, y la del Concilio, abierta al mundo, simbolizada por la Teología de la Liberación y dominante en el espacio demográfico de más futuro como es América Latina.
PUBLICACIONES Y NOTICIAS SOBRE LA PELIGROSIDAD DE LA SECTA OPUS DEI ASÍ COMO TESTIMONIOS DE SUS VÍCTIMAS.
sábado, 16 de mayo de 2009
SECTAS EN LA IGLESIA CATÓLICA POR ALBERTO MONCADA
SECTAS EN LA IGLESIA CATÓLICA
ALBERTO MONCADA
(Ponencia al Congreso de la Asociación Internacional para el Estudio de las Sectas, (ICSA), Bruselas, junio 2008)
A mediados de los años ochenta, la Iglesia Católica comenzó a producir documentos e iniciar actividades para contrarrestar la actuación de movimientos religiosos populares, la mayoría protestantes, que están captando a un gran número de católicos, especialmente en América Latina. De hecho, el Vaticano pidió al gobierno mexicano que actuara contra ellos a lo que México se negó. Las autoridades mexicanas estaban más bien preocupadas por la influencia pronorteamericana de algunos de esos grupos. El primer viaje trasatlántico del papa Ratzinger ha sido precisamente a Brasil, donde los movimientos religiosos populares se están haciendo crecientemente con clientelas católicas. La escasez del clero y las actividades benéficas de los nuevos grupos explican su creciente influencia.
Pero para defenderse de su competencia el Vaticano eligió la descalificación, el caracterizarlos como sectas utilizando la terminología sociológica al uso. El último documento, del Arzobispo de Viena Monseñor Christoph Schönborn, (L,Osservatore Romano, 13 Agosto, 1997), después de analizar las características de las sectas, afirma que no existe ninguna organización católica sectaria pero, en vez de argüir sociológicamente, concluye que basta la aprobación de la Iglesia para garantizar el carácter no sectario de las organizaciones bajo disciplina eclesiástica.
Muy al contrario, varios grupos católicos, y principalmente el Opus Dei y los Legionarios de Cristo presentan en su configuración grupal características claramente sectarias, expuestas tanto por la literatura sociológica especializada como por los reportajes periodísticos y en particular por las páginas web en las que ex miembros relatan sus experiencias ( www.opuslibros.org, www.odan.org, www.opuslivre.org, www.exlcesp.com)
El perfil híbrido del sectarismo católico refleja la tensión histórica entre milenarismo y activismo en el seno de la Iglesia. La historia del cristianismo presenta un primer momento de milenarismo, que la predicación de Cristo subraya claramente. "El reino de los cielos está cerca", "mi reino no es de este mundo" "hay que vivir desprendidos". Había entre los primeros cristianos como una cierta certeza de que el mundo se iba a acabar pronto. Pero no lo hizo y la Iglesia se fue consolidando como organización y participa en política desde el Imperio romano en adelante. Como fruto de aquel milenarismo siempre hubo cristianos que se apartaban del mundo y renunciaban a casarse, al dinero, a la vida social. Aquello se tradujo en la formulación de los tres consejos evangélicos que asumieron las órdenes y congregaciones religiosas, como símbolo y expresión de su separación del mundo. Para el conocido teólogo alemán, Ernst Troeltsch, el primer significado teológico de la palabra secta, sectario se refiere precisamente a la huída del mundo de los que eligen separarse de él para mejor vivir la fe. Pero el Vaticano empezó a manipular las órdenes y congregaciones religiosas, a utilizarlas en sus luchas políticas. A los dominicos contra la reforma protestante, a los jesuitas para el control ideológico. Ahí empezó la transformación de las organizaciones religiosas en instrumentos de la política eclesiástica, con las lógicas contradicciones que la llegada de la democracia hizo más patentes. No se puede renunciar al mundo y al mismo tiempo pretender dirigirlo desde arriba, como elite designada. Y no se puede hacer compatible la condición de ciudadano hacia fuera con la de súbdito hacia dentro, un súbdito que recibe instrucciones de sus jefes para su propia acción ciudadana. Fue especialmente notoria la transformación del voto evangélico de obediencia, usado por los que se apartaban del mundo como fórmula de desprendimiento espiritual y guía ascética y que se convirtió en una herramienta de poder para subordinar las conciencias a las aventuras temporales de los líderes eclesiásticos. Así nace el sectarismo católico agresivo, militante, excluyente que cristaliza, durante el papado de Juan Pablo II, en cinco o seis organizaciones de carácter fundamentalista, populista, algunas como Comunión y Liberación muy politizadas, que se añaden al Opus y a los Legionarios, y que representan una versión católica de las sectas de origen oriental que, como la secta Moon, también proliferan en el mundo occidental. La sociología ha elaborado un perfil del sectarismo precisamente a partir de la fenomenología religiosa, pero ya de aplicación general a grupos cerrados, dogmáticos y antidemocráticos, especialmente en su estructura interna. Sin embargo, algunos grupos protestantes, como los Amish en Estados Unidos, mantienen el significado original de la palabra secta, al abandonar el mundo y adoptar un estilo de vida ascético.
Paralelamente, y coincidiendo con la implantación del sistema democrático en Europa se intentó generalizar entre los católicos laicos una estrategia de manipulación de dicho sistema con el que el Vaticano nunca se ha sentido cómodo. Se hizo a la vez con un movimiento popular, la Acción Católica y con un partido político confesional, la Democracia Cristiana. En España hubo una versión propia, la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, que jugó un papel importante primero en la segunda República y luego en el franquismo. Fue en su Escuela de Periodismo madrileña donde el fundador del Opus aprendió esa ideología del catolicismo beligerante que rezuma su libro guía: "Camino". La intolerancia y el dogmatismo doctrinal de la Iglesia, sobre todo a partir de la declaración de la infalibilidad papal, contribuyen también a esa predisposición al sectarismo de un sistema de creencias y un modo de disciplina grupal que, con harta frecuencia, desemboca en el fanatismo, la intolerancia y la fabricación de enemigos ideológicos. Y al lado de una Iglesia caritativa, abierta al diálogo con el mundo civil, convive esa otra Iglesia llena de desconfianzas, dueña del Vaticano, cerrada en si misma que se manifiesta singularmente en esos grupos y grupúsculos sectarios en los que habitan gentes con fuertes deficits de personalidad y escasas convicciones democráticas.
Con respecto al Opus, el ideario de la institución proclama que sus miembros son ciudadanos corrientes, pero las reglas para la observancia de los numerarios se han ido haciendo cada vez más estrictas y detallistas y más que una organización religiosa el Opus es hoy una extraña secta civil que controla a sus miembros solteros hasta límites inverosímiles. Los numerarios viven en comunidad, entregan todo el dinero que ganan, dan cuenta al céntimo de sus gastos corrientes y necesitan permiso para casi todo, por ejemplo para leer la prensa, no van a espectáculos públicos, cine, deportes, evitan el trato y la solidaridad con la propia familia y su vida entera está reglamentada hasta extremos ridículos. Los numerarios son generalmente reclutados a edad muy temprana, la mayoría de ellos, lejos del objetivo fundacional de la santificación del trabajo en el mundo, se dedica a mantener la infraestructura educativa y administrativa propia y viven en una especie de burbuja existencial donde dejan de pensar por su cuenta y se convierten en "robots" infantilizados. Muchos desarrollan problemas físicos y psíquicos y los que logran darse cuenta de su situación y tienen medios para marcharse, lo hacen. Renunciando a su origen, la organización se está clericalizando y, para colmo, está incurriendo en graves violaciones de las leyes y la moral eclesiásticas, según se deduce de la denuncia que en su día hicieron al Vaticano una cincuentena de exsocios. (Véase Opuslibros.org). El índice actual de abandono de numerarios, laicos y sacerdotes, excede con mucho al de nuevos ingresos.
El Opus secta se convierte en Opus mafia cuando sus miembros se alían para conseguir determinados fines que mantienen ocultos, incluyendo la conspiración política, la manipulación de actividades mercantiles, la violación de leyes fiscales, tan patentemente documentados hoy en varios países y que explican la mala fama que tiene el grupo en bastantes ambientes. Tanto el Opus como los Legionarios se dirigen preferentemente a reclutar gentes adineradas y poderosas, en el segundo caso por encargo específico del Papa Pío XII, que los aprobó. En sus numerosos centros universitarios para la formación de empresarios el Opus defiende un capitalismo puro y duro, un conservadurismo económico, paralelo al conservadurismo político, social y teológico que le caracteriza.Una consecuencia de la presión que la autoridad ejerce sobre los súbditos es el resentimiento e incluso la beligerancia que algunos miembros del Opus manifiestan contra la organización cuando salen de ella, al contrario de la conducta habitual de los que abandonan órdenes o congregaciones religiosas o el sacerdocio. Esta beligerancia se produce cuando, ya desde fuera, los ex socios se dan cuenta de que, más que en preservar el conservadurismo de la doctrina, más que en la pretensión de poder político, eclesiástico, educativo, en lo que verdaderamente son especialistas los directivos es en hacer desagradable la vida a los numerarios, en descabezar cualquier intento de autonomía personal, en procurar que tengan mal concepto de sí mismos. Parece que mandar en el opus requiere una cierta dosis de sadomasoquismo.
Durante el papado de Juan Pablo II las reclamaciones contra el sectarismo católico no eran tenidas en cuenta, algo que ha cambiado cuando el nuevo Pontífice ha castigado levemente al padre Maciel, fundador y jefe de los Legionarios de Cristo, por conducta sexual gravemente delictiva y parece que también quiere meter en vereda a los Kikos. En todo caso, instituciones civiles como los Parlamentos belga y francés, y el europeo, están empezando a tomar en consideración las muchas denuncias de familias que se quejan de la persecución de menores que practican las organizaciones sectarias, un modo de "pederastía espiritual", similar a los muchos casos de violaciones y abusos contra menores por parte del clero católico, silenciados por el Vaticano hasta que la justicia civil ha intervenido.
Esa actuación ocultista y opaca tan propia de las sectas católicas, que el Vaticano protege, se traduce también en el secretismo.El Opus Dei no suele proporcionar información sobre sus reglas internas. Se limita a entregar una copia de sus Constituciones, en latín, a los obispos en cuyo territorio se establece. Pero hay más de treinta documentos secretos, que no conoce la Iglesia ni siquiera la mayoría de sus miembros que regulan minuciosamente la vida de éstos, conculcan gravemente sus derechos humanos y pueden consultarse en la página web: www.opuslibros.org, bajo la rúbrica "índice de documentos internos").
Alberto Moncada, presidente de Sociólogos sin fronteras Internacional
ALBERTO MONCADA
(Ponencia al Congreso de la Asociación Internacional para el Estudio de las Sectas, (ICSA), Bruselas, junio 2008)
A mediados de los años ochenta, la Iglesia Católica comenzó a producir documentos e iniciar actividades para contrarrestar la actuación de movimientos religiosos populares, la mayoría protestantes, que están captando a un gran número de católicos, especialmente en América Latina. De hecho, el Vaticano pidió al gobierno mexicano que actuara contra ellos a lo que México se negó. Las autoridades mexicanas estaban más bien preocupadas por la influencia pronorteamericana de algunos de esos grupos. El primer viaje trasatlántico del papa Ratzinger ha sido precisamente a Brasil, donde los movimientos religiosos populares se están haciendo crecientemente con clientelas católicas. La escasez del clero y las actividades benéficas de los nuevos grupos explican su creciente influencia.
Pero para defenderse de su competencia el Vaticano eligió la descalificación, el caracterizarlos como sectas utilizando la terminología sociológica al uso. El último documento, del Arzobispo de Viena Monseñor Christoph Schönborn, (L,Osservatore Romano, 13 Agosto, 1997), después de analizar las características de las sectas, afirma que no existe ninguna organización católica sectaria pero, en vez de argüir sociológicamente, concluye que basta la aprobación de la Iglesia para garantizar el carácter no sectario de las organizaciones bajo disciplina eclesiástica.
Muy al contrario, varios grupos católicos, y principalmente el Opus Dei y los Legionarios de Cristo presentan en su configuración grupal características claramente sectarias, expuestas tanto por la literatura sociológica especializada como por los reportajes periodísticos y en particular por las páginas web en las que ex miembros relatan sus experiencias ( www.opuslibros.org, www.odan.org, www.opuslivre.org, www.exlcesp.com)
El perfil híbrido del sectarismo católico refleja la tensión histórica entre milenarismo y activismo en el seno de la Iglesia. La historia del cristianismo presenta un primer momento de milenarismo, que la predicación de Cristo subraya claramente. "El reino de los cielos está cerca", "mi reino no es de este mundo" "hay que vivir desprendidos". Había entre los primeros cristianos como una cierta certeza de que el mundo se iba a acabar pronto. Pero no lo hizo y la Iglesia se fue consolidando como organización y participa en política desde el Imperio romano en adelante. Como fruto de aquel milenarismo siempre hubo cristianos que se apartaban del mundo y renunciaban a casarse, al dinero, a la vida social. Aquello se tradujo en la formulación de los tres consejos evangélicos que asumieron las órdenes y congregaciones religiosas, como símbolo y expresión de su separación del mundo. Para el conocido teólogo alemán, Ernst Troeltsch, el primer significado teológico de la palabra secta, sectario se refiere precisamente a la huída del mundo de los que eligen separarse de él para mejor vivir la fe. Pero el Vaticano empezó a manipular las órdenes y congregaciones religiosas, a utilizarlas en sus luchas políticas. A los dominicos contra la reforma protestante, a los jesuitas para el control ideológico. Ahí empezó la transformación de las organizaciones religiosas en instrumentos de la política eclesiástica, con las lógicas contradicciones que la llegada de la democracia hizo más patentes. No se puede renunciar al mundo y al mismo tiempo pretender dirigirlo desde arriba, como elite designada. Y no se puede hacer compatible la condición de ciudadano hacia fuera con la de súbdito hacia dentro, un súbdito que recibe instrucciones de sus jefes para su propia acción ciudadana. Fue especialmente notoria la transformación del voto evangélico de obediencia, usado por los que se apartaban del mundo como fórmula de desprendimiento espiritual y guía ascética y que se convirtió en una herramienta de poder para subordinar las conciencias a las aventuras temporales de los líderes eclesiásticos. Así nace el sectarismo católico agresivo, militante, excluyente que cristaliza, durante el papado de Juan Pablo II, en cinco o seis organizaciones de carácter fundamentalista, populista, algunas como Comunión y Liberación muy politizadas, que se añaden al Opus y a los Legionarios, y que representan una versión católica de las sectas de origen oriental que, como la secta Moon, también proliferan en el mundo occidental. La sociología ha elaborado un perfil del sectarismo precisamente a partir de la fenomenología religiosa, pero ya de aplicación general a grupos cerrados, dogmáticos y antidemocráticos, especialmente en su estructura interna. Sin embargo, algunos grupos protestantes, como los Amish en Estados Unidos, mantienen el significado original de la palabra secta, al abandonar el mundo y adoptar un estilo de vida ascético.
Paralelamente, y coincidiendo con la implantación del sistema democrático en Europa se intentó generalizar entre los católicos laicos una estrategia de manipulación de dicho sistema con el que el Vaticano nunca se ha sentido cómodo. Se hizo a la vez con un movimiento popular, la Acción Católica y con un partido político confesional, la Democracia Cristiana. En España hubo una versión propia, la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, que jugó un papel importante primero en la segunda República y luego en el franquismo. Fue en su Escuela de Periodismo madrileña donde el fundador del Opus aprendió esa ideología del catolicismo beligerante que rezuma su libro guía: "Camino". La intolerancia y el dogmatismo doctrinal de la Iglesia, sobre todo a partir de la declaración de la infalibilidad papal, contribuyen también a esa predisposición al sectarismo de un sistema de creencias y un modo de disciplina grupal que, con harta frecuencia, desemboca en el fanatismo, la intolerancia y la fabricación de enemigos ideológicos. Y al lado de una Iglesia caritativa, abierta al diálogo con el mundo civil, convive esa otra Iglesia llena de desconfianzas, dueña del Vaticano, cerrada en si misma que se manifiesta singularmente en esos grupos y grupúsculos sectarios en los que habitan gentes con fuertes deficits de personalidad y escasas convicciones democráticas.
Con respecto al Opus, el ideario de la institución proclama que sus miembros son ciudadanos corrientes, pero las reglas para la observancia de los numerarios se han ido haciendo cada vez más estrictas y detallistas y más que una organización religiosa el Opus es hoy una extraña secta civil que controla a sus miembros solteros hasta límites inverosímiles. Los numerarios viven en comunidad, entregan todo el dinero que ganan, dan cuenta al céntimo de sus gastos corrientes y necesitan permiso para casi todo, por ejemplo para leer la prensa, no van a espectáculos públicos, cine, deportes, evitan el trato y la solidaridad con la propia familia y su vida entera está reglamentada hasta extremos ridículos. Los numerarios son generalmente reclutados a edad muy temprana, la mayoría de ellos, lejos del objetivo fundacional de la santificación del trabajo en el mundo, se dedica a mantener la infraestructura educativa y administrativa propia y viven en una especie de burbuja existencial donde dejan de pensar por su cuenta y se convierten en "robots" infantilizados. Muchos desarrollan problemas físicos y psíquicos y los que logran darse cuenta de su situación y tienen medios para marcharse, lo hacen. Renunciando a su origen, la organización se está clericalizando y, para colmo, está incurriendo en graves violaciones de las leyes y la moral eclesiásticas, según se deduce de la denuncia que en su día hicieron al Vaticano una cincuentena de exsocios. (Véase Opuslibros.org). El índice actual de abandono de numerarios, laicos y sacerdotes, excede con mucho al de nuevos ingresos.
El Opus secta se convierte en Opus mafia cuando sus miembros se alían para conseguir determinados fines que mantienen ocultos, incluyendo la conspiración política, la manipulación de actividades mercantiles, la violación de leyes fiscales, tan patentemente documentados hoy en varios países y que explican la mala fama que tiene el grupo en bastantes ambientes. Tanto el Opus como los Legionarios se dirigen preferentemente a reclutar gentes adineradas y poderosas, en el segundo caso por encargo específico del Papa Pío XII, que los aprobó. En sus numerosos centros universitarios para la formación de empresarios el Opus defiende un capitalismo puro y duro, un conservadurismo económico, paralelo al conservadurismo político, social y teológico que le caracteriza.Una consecuencia de la presión que la autoridad ejerce sobre los súbditos es el resentimiento e incluso la beligerancia que algunos miembros del Opus manifiestan contra la organización cuando salen de ella, al contrario de la conducta habitual de los que abandonan órdenes o congregaciones religiosas o el sacerdocio. Esta beligerancia se produce cuando, ya desde fuera, los ex socios se dan cuenta de que, más que en preservar el conservadurismo de la doctrina, más que en la pretensión de poder político, eclesiástico, educativo, en lo que verdaderamente son especialistas los directivos es en hacer desagradable la vida a los numerarios, en descabezar cualquier intento de autonomía personal, en procurar que tengan mal concepto de sí mismos. Parece que mandar en el opus requiere una cierta dosis de sadomasoquismo.
Durante el papado de Juan Pablo II las reclamaciones contra el sectarismo católico no eran tenidas en cuenta, algo que ha cambiado cuando el nuevo Pontífice ha castigado levemente al padre Maciel, fundador y jefe de los Legionarios de Cristo, por conducta sexual gravemente delictiva y parece que también quiere meter en vereda a los Kikos. En todo caso, instituciones civiles como los Parlamentos belga y francés, y el europeo, están empezando a tomar en consideración las muchas denuncias de familias que se quejan de la persecución de menores que practican las organizaciones sectarias, un modo de "pederastía espiritual", similar a los muchos casos de violaciones y abusos contra menores por parte del clero católico, silenciados por el Vaticano hasta que la justicia civil ha intervenido.
Esa actuación ocultista y opaca tan propia de las sectas católicas, que el Vaticano protege, se traduce también en el secretismo.El Opus Dei no suele proporcionar información sobre sus reglas internas. Se limita a entregar una copia de sus Constituciones, en latín, a los obispos en cuyo territorio se establece. Pero hay más de treinta documentos secretos, que no conoce la Iglesia ni siquiera la mayoría de sus miembros que regulan minuciosamente la vida de éstos, conculcan gravemente sus derechos humanos y pueden consultarse en la página web: www.opuslibros.org, bajo la rúbrica "índice de documentos internos").
Alberto Moncada, presidente de Sociólogos sin fronteras Internacional
viernes, 8 de mayo de 2009
GÉNESIS Y DESARROLLO DE LA SANTA MAFIA
SOBRE LA EDICION DEL LIBRO DE J. YNFANTE, LA PRODIGIOSA AVENTURA DEL OPUS DEI: GÉNESIS Y DESARROLLO DE LA SANTA MAFIA.
Ana Azanza, 13 de noviembre de 2006
En el libro “José Martínez, la epopeya de Ruedo Ibérico” escrito por Albert Forment se narran los orígenes y nada fácil existencia de la editorial Ruedo Ibérico. La editorial fue una iniciativa de varios exiliados españoles en París, a principios de los años sesenta. En el capitulo 9, páginas 386 y siguientes aprendemos que el libro de Jesús Ynfante editado en julio de 1970 constituyó uno de los mayores éxitos editoriales de Ruedo Ibérico, de manera que Ruedo empezó a ganarse fama de ser
“uno de los más irreductibles emporios culturales antifranquistas del exilio, y a su astuto director, como un peligroso enemigo del régimen antifranquista.”
“Porque el hecho cierto es que si ese temible volumen había salido a la venta, se debía en primer lugar a la tenacidad, a la constancia y al firmeza de que había hecho gala José Martínez durante los tres últimos y difíciles años. Todo lo que gira en torno a la larga gestación de La prodigiosa aventura del Opus Dei tiene un extraño aire novelesco rayano en la ópera bufa. En el otoño de 1967 apareció por París un chico listo, despierto, ingenioso y hábil, furiosamente antifranquista, melenudo y barbado, de conversación ocurrente y graciosa, una de esas personas que caen bien, que generan de inmediato una amplia corriente de simpatía, que sabe ganarse la confianza ajena, aunque arrastraba cierta fama, de la que no desmerecía en absoluto de tener la mano un tanto larga para la documentación ajena. Se llamaba Jesús Ynfante y era andaluz, lo cual añadía cierto gracejo sureño a su alegre compostura, y había sido secretario personal de José Vidal Beneyto.
Jesús Ynfante, que había comenzado estudios universitarios sin llegar a concluirlos, se presentó en la rue Aubriot con unas carpetas de expedientes secretos realmente suculentos referentes al Opus Dei, que interesaron vivamente al director de Ruedo ibérico. Lo increíble del asunto es que Jesús Ynfante poco menos que había sustraido dicho material del archivo privado del mismísimo Vidal Beneyto, quien, durante unos breves años, también había formado parte del Opus Dei. Así pues, el día 27 de octubre de 1967 Jesús Ynfante Corrales, todavía autor bisoño, firmaba contrato con Éditions Ruedo Ibérico de París para escribir una obra titulada provisionalmente SANTA MAFIA, cuyo manuscrito sería entregado a un ritmo mínimo de cuatro capítulos por mes.”
Jesús Ynfante fue bastante lento escribiendo, no cumplía los plazos estipulados y encima se tomó la libertad de participar en una protesta política que le llevó a la cárcel durante un mes. El director de Ruedo Ibérico se tiraba de los pelos cada vez que le nombraban al escritor. Entre ambos hubo más que palabras.
“Ruedo Ibérico ya había editado dos años antes otro libro sobre el Opus Dei, pero aunque estaba agotado tenía menos mordiente, puesto que estaba basado en su mayor parte, en textos de libre difusión en España, cronológicamente sólo llegaba hasta 1957 (Daniel Artigues seudónimo de Jean Becarud, L’Opus Dei en Espagne), La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa mafia, en cambio, estaba concebido, de principio a fin, para llamar la atención y provocar un terremoto político. Desde el diseño de la tétrica cubierta (debido a José Martínez), con la simbólica imagen de una repugnante araña encaramada a una horrenda telaraña, pasando por el mismo título, claramente escandaloso, hasta el tono agresivo de los enunciados de los capítulos, todo en el libro estaba orquestado para irritar hasta la exasperación al régimen franquista.
Pero aunque dicha preparación coadyuvó a crear el best seller político lo que verdaderamente impactaba era el contenido. El Opus Dei es una asociación integrista católica que se mueve en las sombras, cuyos miembros rara vez reconocen, al menos en público, su adscripción a la poderosa obra de Dios. Y he aquí que de repente se publicaba un densísimo volumen, aureolado con la pátina de rigor de Ruedo Ibérico que desvelaba, con nombres y apellidos, la penetración sistemática de dicho integrismo católico, al que se catalogaba de fascista en la universidad, en la Administración estatal y las principales empresas industriales y financieras del país, desmenuzando entre jocosos sarcasmos y brutales ataques políticos sus orígenes, sus bases de reclutamiento, su ideología, sus finanzas, su estructura interna, su expansión internacional.
Y lo que es más, incluía como apéndice, por una parte, la traducción al español, desde el latín original, de las célebres Constituciones del Opus Dei, un documento secreto que sólo poseían los responsables generales del Opus Dei y la jerarquía regional (estaba prohibida su reproducción), prologada por una salvaje nota crítico burlesca del traductor, Agustín garcía Calvo, y por otra, como anexo, una enorme lista de 70 páginas (cierto que poco rigurosas) repletas de militantes y simpatizantes del Opus Dei, con los cargos que ocupaban en la sociedad civil. En la primera edición, este último anexo fue publicado como separata, una argucia editorial que tenía por fin paralizar las posibles demandas judiciales, pues si éstas tenían éxito el cuadernillo podía ser inmediatamente retirado del volumen sin menoscabo económico para la editorial.
Por último, y por lo que respecta al estilo del texto, estaba repleto de frases de talante similar la siguiente: “… el clerical-autoritarismo español necesitaba una organización como el Opus Dei y un fundador como Escrivá, de la misma manera que los nazis necesitaron en Alemania el partido nacionalsocialista y un jefe como Adolfo Hitler para funcionar socialmente.”
Como dio la casualidad de que La prodigiosa aventura… se publicó apenas diez meses después de la última remodelación del gobierno franquista (ver el envio 18 de Ruedo Ibérico), en la cual los tecnócratas relacionados con el instituto secular habían alcanzado su mayor poder e influencia, y todavía coleaban las repercusiones del escándalo económico-político Matesa, en el que estaban implicados hombres del gobierno simpatizantes del Opus Dei, la coyuntura política española no pudo ser mejor para que el volumen actuara como una especie de bomba de relojería libresca contra una de las principales corrientes de apoyo sociológico y organizativo de la dictadura militar.
Al fin y al cabo el Opus Dei se había ganado muchísimos enemigos entre los mismos franquistas, y probablemente por ese hecho es por lo que en la librería de Ruedo Ibérico en París se vio ese verano, y en los meses subsiguientes, un curioso desfile de dignos señores trajeados, entre los que se decía que había gobernadores civiles, directores generales y hasta algún subsecretario franquista, que aprovechaban un desplazamiento oficial, o simplemente un período de vacaciones en la capital francesa, para acercarse a su local y comprar directamente el libro que ellos mismos habían prohibido en España, pero cuya información era, ay, tan apetecible.
Por dicho motivo José Martínez exclamaría esos días: “Viene gente muy rara a comprar libros, a Latran, a La Joie de Lire, etc… Lo nunca visto.” El éxito del libro fue tan fulminante que en menos de tres semanas se había agotad la primera edición, y a mediados de agosto se ponía en marcha la imprenta para servir la segunda, y así siguió varios meses, enriqueciendo por el camino a Jesús Ynfante y engrandeciendo de paso la editorial. Se rumoreaba además que en Madrid, en el mercado negro de libros prohibidos, se habían llegado a cotizar algunos ejemplares a 7000 pts., cuando su precio original era quince veces menor.
A partir de finales de setiembre y sobre todo desde octubre, comenzarían a llegar a la rue de Latran cartas de protesta, amenazas de proceso, pero también fueron publicados artículos el libro en la prensa española, todos despectivos eso sí, como el de José María Ruiz Gallardón en el periódico ABC del 29 de octubre de 1970, tachándolo de pornocultura (Ver envío de Ruedo Ibérico 14), con lo cual la editorial rompía a las bravas el cerco de silencio con que la censura española cubría por lo general sus actividades.”
A la semana siguiente de salir el libro de Ynfante, un exiliado español llamado Xavier Domingo que trabajaba en la agencia France Presse proponía la edición de una trilogía titulada La tragicomedia española, cuya primera entrega sería una sarcástica novela titulada El dinero del Opus Dei. El editor José Martínez lo aceptó como un buen palo que le vendría muy bien a la “santa mafia”.
Ana Azanza, 13 de noviembre de 2006
En el libro “José Martínez, la epopeya de Ruedo Ibérico” escrito por Albert Forment se narran los orígenes y nada fácil existencia de la editorial Ruedo Ibérico. La editorial fue una iniciativa de varios exiliados españoles en París, a principios de los años sesenta. En el capitulo 9, páginas 386 y siguientes aprendemos que el libro de Jesús Ynfante editado en julio de 1970 constituyó uno de los mayores éxitos editoriales de Ruedo Ibérico, de manera que Ruedo empezó a ganarse fama de ser
“uno de los más irreductibles emporios culturales antifranquistas del exilio, y a su astuto director, como un peligroso enemigo del régimen antifranquista.”
“Porque el hecho cierto es que si ese temible volumen había salido a la venta, se debía en primer lugar a la tenacidad, a la constancia y al firmeza de que había hecho gala José Martínez durante los tres últimos y difíciles años. Todo lo que gira en torno a la larga gestación de La prodigiosa aventura del Opus Dei tiene un extraño aire novelesco rayano en la ópera bufa. En el otoño de 1967 apareció por París un chico listo, despierto, ingenioso y hábil, furiosamente antifranquista, melenudo y barbado, de conversación ocurrente y graciosa, una de esas personas que caen bien, que generan de inmediato una amplia corriente de simpatía, que sabe ganarse la confianza ajena, aunque arrastraba cierta fama, de la que no desmerecía en absoluto de tener la mano un tanto larga para la documentación ajena. Se llamaba Jesús Ynfante y era andaluz, lo cual añadía cierto gracejo sureño a su alegre compostura, y había sido secretario personal de José Vidal Beneyto.
Jesús Ynfante, que había comenzado estudios universitarios sin llegar a concluirlos, se presentó en la rue Aubriot con unas carpetas de expedientes secretos realmente suculentos referentes al Opus Dei, que interesaron vivamente al director de Ruedo ibérico. Lo increíble del asunto es que Jesús Ynfante poco menos que había sustraido dicho material del archivo privado del mismísimo Vidal Beneyto, quien, durante unos breves años, también había formado parte del Opus Dei. Así pues, el día 27 de octubre de 1967 Jesús Ynfante Corrales, todavía autor bisoño, firmaba contrato con Éditions Ruedo Ibérico de París para escribir una obra titulada provisionalmente SANTA MAFIA, cuyo manuscrito sería entregado a un ritmo mínimo de cuatro capítulos por mes.”
Jesús Ynfante fue bastante lento escribiendo, no cumplía los plazos estipulados y encima se tomó la libertad de participar en una protesta política que le llevó a la cárcel durante un mes. El director de Ruedo Ibérico se tiraba de los pelos cada vez que le nombraban al escritor. Entre ambos hubo más que palabras.
“Ruedo Ibérico ya había editado dos años antes otro libro sobre el Opus Dei, pero aunque estaba agotado tenía menos mordiente, puesto que estaba basado en su mayor parte, en textos de libre difusión en España, cronológicamente sólo llegaba hasta 1957 (Daniel Artigues seudónimo de Jean Becarud, L’Opus Dei en Espagne), La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa mafia, en cambio, estaba concebido, de principio a fin, para llamar la atención y provocar un terremoto político. Desde el diseño de la tétrica cubierta (debido a José Martínez), con la simbólica imagen de una repugnante araña encaramada a una horrenda telaraña, pasando por el mismo título, claramente escandaloso, hasta el tono agresivo de los enunciados de los capítulos, todo en el libro estaba orquestado para irritar hasta la exasperación al régimen franquista.
Pero aunque dicha preparación coadyuvó a crear el best seller político lo que verdaderamente impactaba era el contenido. El Opus Dei es una asociación integrista católica que se mueve en las sombras, cuyos miembros rara vez reconocen, al menos en público, su adscripción a la poderosa obra de Dios. Y he aquí que de repente se publicaba un densísimo volumen, aureolado con la pátina de rigor de Ruedo Ibérico que desvelaba, con nombres y apellidos, la penetración sistemática de dicho integrismo católico, al que se catalogaba de fascista en la universidad, en la Administración estatal y las principales empresas industriales y financieras del país, desmenuzando entre jocosos sarcasmos y brutales ataques políticos sus orígenes, sus bases de reclutamiento, su ideología, sus finanzas, su estructura interna, su expansión internacional.
Y lo que es más, incluía como apéndice, por una parte, la traducción al español, desde el latín original, de las célebres Constituciones del Opus Dei, un documento secreto que sólo poseían los responsables generales del Opus Dei y la jerarquía regional (estaba prohibida su reproducción), prologada por una salvaje nota crítico burlesca del traductor, Agustín garcía Calvo, y por otra, como anexo, una enorme lista de 70 páginas (cierto que poco rigurosas) repletas de militantes y simpatizantes del Opus Dei, con los cargos que ocupaban en la sociedad civil. En la primera edición, este último anexo fue publicado como separata, una argucia editorial que tenía por fin paralizar las posibles demandas judiciales, pues si éstas tenían éxito el cuadernillo podía ser inmediatamente retirado del volumen sin menoscabo económico para la editorial.
Por último, y por lo que respecta al estilo del texto, estaba repleto de frases de talante similar la siguiente: “… el clerical-autoritarismo español necesitaba una organización como el Opus Dei y un fundador como Escrivá, de la misma manera que los nazis necesitaron en Alemania el partido nacionalsocialista y un jefe como Adolfo Hitler para funcionar socialmente.”
Como dio la casualidad de que La prodigiosa aventura… se publicó apenas diez meses después de la última remodelación del gobierno franquista (ver el envio 18 de Ruedo Ibérico), en la cual los tecnócratas relacionados con el instituto secular habían alcanzado su mayor poder e influencia, y todavía coleaban las repercusiones del escándalo económico-político Matesa, en el que estaban implicados hombres del gobierno simpatizantes del Opus Dei, la coyuntura política española no pudo ser mejor para que el volumen actuara como una especie de bomba de relojería libresca contra una de las principales corrientes de apoyo sociológico y organizativo de la dictadura militar.
Al fin y al cabo el Opus Dei se había ganado muchísimos enemigos entre los mismos franquistas, y probablemente por ese hecho es por lo que en la librería de Ruedo Ibérico en París se vio ese verano, y en los meses subsiguientes, un curioso desfile de dignos señores trajeados, entre los que se decía que había gobernadores civiles, directores generales y hasta algún subsecretario franquista, que aprovechaban un desplazamiento oficial, o simplemente un período de vacaciones en la capital francesa, para acercarse a su local y comprar directamente el libro que ellos mismos habían prohibido en España, pero cuya información era, ay, tan apetecible.
Por dicho motivo José Martínez exclamaría esos días: “Viene gente muy rara a comprar libros, a Latran, a La Joie de Lire, etc… Lo nunca visto.” El éxito del libro fue tan fulminante que en menos de tres semanas se había agotad la primera edición, y a mediados de agosto se ponía en marcha la imprenta para servir la segunda, y así siguió varios meses, enriqueciendo por el camino a Jesús Ynfante y engrandeciendo de paso la editorial. Se rumoreaba además que en Madrid, en el mercado negro de libros prohibidos, se habían llegado a cotizar algunos ejemplares a 7000 pts., cuando su precio original era quince veces menor.
A partir de finales de setiembre y sobre todo desde octubre, comenzarían a llegar a la rue de Latran cartas de protesta, amenazas de proceso, pero también fueron publicados artículos el libro en la prensa española, todos despectivos eso sí, como el de José María Ruiz Gallardón en el periódico ABC del 29 de octubre de 1970, tachándolo de pornocultura (Ver envío de Ruedo Ibérico 14), con lo cual la editorial rompía a las bravas el cerco de silencio con que la censura española cubría por lo general sus actividades.”
A la semana siguiente de salir el libro de Ynfante, un exiliado español llamado Xavier Domingo que trabajaba en la agencia France Presse proponía la edición de una trilogía titulada La tragicomedia española, cuya primera entrega sería una sarcástica novela titulada El dinero del Opus Dei. El editor José Martínez lo aceptó como un buen palo que le vendría muy bien a la “santa mafia”.
CASO MATESA
EL “ESCANDALO” MATESA. AGOSTO DE 1969. Artículo en Horizonte español, suplemento de Ruedo Ibérico, 1972, tomo 3.
Comentado por Ana Azanza, 30 de octubre de 2006
Este largo informe se divide en tres partes, cada una con sus correspondientes subapartados que he intentado sintetizar al máximo:
A. Los buenos negocios
B. Datos para la historia de un affaire.
C. En busca del responsable perdido
LOS BUENOS NEGOCIOS.
Probablemente sería más justo hablar de “mini escándalo” porque la polvareda periodística que levantó este affaire fue más bien escasa si tenemos en cuenta los miles de millones de pesetas que el estado español perdió en el caso Matesa. Entre el día en que saltó el asunto a la prensa, 23 de julio de 1969, y el día en que se dio sino por zanjado, sí enterrado públicamente transcurrieron escasamente dos meses.
La revista Garbo perteneciente al gremio de la prensa rosa “tiró de la manta” y El Europeo señalaba un mes después que Matesa quedaría incluido en los casos más fabulosos del mundo financiero, “hemos conseguido la medalla de oro en el deporte de la alta estafa”.
El 20 de junio de 1956 Matesa tiene un capital social de 2 millones de pts. y 12 años más tarde llega a los 600 millones, ha recibido créditos oficiales por valor de 13 mil millones de pts y cuando el tema se hizo público faltaban 5 mil millones de pts. ¿Cómo era posible que la banca oficial se hubiese dejado estafar? ¿Hasta dónde alcanzaba la ineptitud, hasta dónde la complicidad?
El artículo se hace eco de una opinión extendida según la cual España es la tierra de los buenos negocios. La publicación España económica, 25.septiembre.1969 lo explicaba: “Como se sabe negocio no es lo mismo que empresa. Es habitualmente lo contrario. En la distinción podría encontrarse una aportación original española a la teoría y a la práctica de la economía política. Trate usted de montar en el país una empresa seria, que produzca de verdad algún bien o servicio: ya verá cuántas dificultades y trabas, cuántos problemas, qué parcas rentabilidades. Acierte usted, por el contrario, a montar un buen negocio y compruebe por sí mismo la facilidad con que se producen los increíbles milagros económicos a la española. Nuestras empresas aumentan trabajosamente la renta nacional: los buenos negocios españoles multiplican veloz y asombrosamente los patrimonios de sus promotores.”
I. MAQUINARIA TEXTIL DEL NORTE DE ESPAÑA
Matesa empezó siendo en el siglo XIX una empresa textil que fabricaba mantones de manila. Tras la guerra civil los herederos, Juan Vilá Reyes y su hermano Fernando la transforman en sociedad anónima, con sede en Pamplona, “Manufacturas Arga”, dedicada a la seda, y “Matesa”, dedicada a la fabricación de telares.
Juan Vilá Reyes nació en Barcelona en 1925, era nieto del pionero de la empresa. Estudió en la escuela industrial de Barcelona y era miembro del Opus Dei, según Jesús Ynfante. Dada la facilidad con la que el Opus Dei sabe captar a quien interesa y soltar a quien no interesa, me pregunto si en el momento en que Juan Vilá ingresó en la prisión de Carabanchel por orden del juez, no le habían dando ya pasaporte en la obra de Dios. Es indiscutible que su empresa fue descaradamente favorecida por los ministros opus dei como vamos a poder comprobar.
Juan Vilá Reyes confeccionó su propia mitología de la “nueva óptica empresarial” con el fin de justificar el notable enriquecimiento de su negocio, que no se correspondía con lo que solía ocurrir con empresas similares. Las consideraciones “vacuas” de Vilá Reyes me hacen pensar en un seminario que organizaron en Pamplona en la facultad de Filosofía en colaboración con otras facultades y en el que participaban periódicamente empresarios españoles de “reconocido prestigio”. El seminario se llamaba “Empresa y Humanismo”, ya sólo el título da un poco de miedo…¿a qué se dedicaban los participantes en el mismo? ¿a justificar el enriquecimiento como señal de predestinación divina? El humanismo del opus dei es algo que está por descubrir como demuestra opuslibros.org día a día.
Juan Vilá no contó sólo con la familia “de sangre” para sacar adelante Matesa. También la Delegación Regional de Barcelona del ministerio de Comercio le otorgó una distinción especial por su política comercial, en televisión española Vilá Reyes protagonizó un programa de “Esta es su vida” y fue presentado como uno de los promotores del “nuevo pensamiento económico industrial catalán.”
Parece de sainete lo que sigue, que la maquinaria textil de los hermanos Vilá Reyes causó sensación en la feria de Ohio (Estados Unidos) y que todo ello se tradujo en más facilidades por parte del gobierno español a Matesa en concepto de créditos de ayuda a la exportación.
El telar Iwer era según Vilá Reyes, una maravilla inventada por los investigadores de su empresa, de los que él prefería exaltar su “creatividad”. La palabra investigación le resultaba demasiado fría. El artículo se detiene en los aspectos técnicos del telar Iwer, ventajas e inconvenientes. Parece que los segundos eran más que las primeras. Lo extraño del asunto es que unos telares tan “admirados” en Estados Unidos no lo fueran en España. Era sospechoso puesto que “no se conoce de empresa alguna que haya llegado a la fase de exportación masiva sin antes haber crecido en el interior. También resultaba sospechosa tanta investigación científica junto a tanto menosprecio por darse a conocer en España. En torno a este dudoso telar se montó no sólo la razón de ser de la empresa Matesa sino también todo el peso del crédito oficial de la Administración.”
La venta de los telares Iwer estaba orientada hacia el exterior y fue planteada a base de la creación de filiales. Vilá Reyes formó un conjunto de filiales, hasta 74. Matesa recibía los créditos del estado español (banco de crédito industrial) para exportar telares, los telares eran comprados por las filiales y estas filiales tenían que pagar al banco de crédito industrial el importe de los créditos. Hubo cuatro empresas fundamentales: Brelic S.A, Partholtex S.A., Establissement Holtex y Brelic internacional que controlaban las acciones de distintas fábricas de tejidos, la promoción comercial de los telares Iwer y la titularidad de las patentes internacionales elaboradas por Matesa.
¿Quién podía tomar en serio las palabras de Vilá Reyes en La Actualidad económica 16 de agosto de 1969? Decía el empresario que sus principales clientes habían sido paises muy desarrollados porque con sus telares se ahorraba mano de obra y subdesarrollados por la creatividad de una sola inversión. Pero el capital social de Matesa era insuficiente para las pretensiones de Vilá Reyes.
II. POLITICA DE ESTIMULO A LA EXPORTACION. LAS ENTIDADES OFICIALES DE CREDITO.
El crédito oficial en teoría debía servir a la financiación de empresas que habían agotado sus posibilidades de financiación en la banca privada. Pero en la práctica las empresas acuden a la banca oficial que ofrece mejores tipos de interés y no son tan exigentes para conceder el préstamo.
El Estado español ayudaba a los exportadores con desgravación fiscal, concediendo la carta de exportador, para lo que había que tener una serie de méritos y con el crédito a la exportación. El banco de Crédito Industrial era el encargado de conceder ese dinero, y parece que en los años sesenta “se liaron” a conceder créditos sin pedido en firme, es decir, que el crédito se convirtió en la práctica en una “subvención” a los exportadores, en lugar de ser un estímulo.
Cuando se recibía un crédito también se firmaba un contrato con una aseguradora para cubrir los riesgos de la fabricación, transporte y su llegada a manos de comprador. Supuestamente la Compañía Española de Crédito y Caución debía velar para que se cumplieran los contratos estipulados entre vendedores y compradores.
III. CAMINOS DE FRAUDE
El mismo sistema del crédito ofrecía muchas posibilidades al trato de favor, al nepotismo, a la irresponsabilidad. No hacía falta mucho talento para enriquecerse saltándose las leyes en la España franquista, con tener buenos contactos era suficiente.
Matesa se benefició ampliamente del crédito a la exportación que le ofrecía posibilidades de fraude:
-El exportador puede falsear al alzar los precios, y así recibe más dinero del banco de crédito. En concepto de “margen” como integrante del precio que se financia Matesa recibió entre octubre de 1968 y febrero de 1969, 20 millones de pts. del erario público. “Margen es uno de los más brillantes hallazgos de la nueva óptica empresarial descubierta por Vilá Reyes.”
-El exportador puede recibir créditos por una mercancía que no vende en el exterior, esto es posible si el exportador se vende a sí mismo o deja en consignación, en alguna plaza extranjera la mercancía que dice exportar.
Impresiona que en septiembre de 1969, en plena polvareda mediática levantada por el asunto, el gobierno justifique la no verificación de que se estaban efectivamente vendiendo los telares porque: “las inspecciones extraordinarias, hubieran supuesto una manifestación de desconfianza grave que rompe la relación normal con los Consejos ejecutivos.”
Las entidades de crédito tampoco “descubrieron” el fraude. Ni siquiera la compañía aseguradora hizo su trabajo, no consta que Matesa constituyera hipoteca sobre su activo inmobiliario para asegurar las pérdidas.
Matesa fue recibiendo dinero del estado sin que tuviera tiempo material para realizar las operaciones comerciales que con él decía financiar. Incluso se le dieron anticipos sobre créditos aun no formalizados, parece que las condiciones para recibir tal lluvia de millones sin gastarse un céntimo eran sostener especiales relaciones con altas jerarquías de la Administración.
“El gobierno acuerda anualmente la cifra máxima que el crédito oficial puede distribuir, pero al mismo tiempo faculta al ministro de Hacienda para que conceda, sin limitación, créditos complementarios. Pues bien, Matesa obtuvo dos créditos especiales del ministro: uno de 250 millones y otro de 200 el 28 de junio de 1969.”
Ya en abril de 1969 un funcionario del ministerio visita al ministro de comercio, García Moncó, y le comunica sus sospechas sobre la realidad de las cifras de exportación dadas por Matesa y la posibilidad de que salgan divisas de manera ilegal.
Así mismo el exportador Matesa falseó el precio de los telares para beneficiar de la desgravación fiscal, los precios de los telares eran inferiores en un 33% a los declarados, existían facturas y polizas de fletamiento falsas, muchas ventas lo eran a empresas conectadas con Matesa…Todo eso lo descubrió el Director general de Aduanas en 1969. Aunque se sabía que ocurría desde años anteriores.
La misma vista gorda sobre la evidente fuga de divisas del tinglado Matesa hizo el Instituto Español de Moneda Extranjera excusándose en “falta de personal, dificultad de impedir las infracciones ante los miles de operaciones a no ser que medie una denuncia o confidencia…etc.” Pero todo esto no se tiene de pie cuando sabemos que desde diciembre de 1968 el director general de Aduanas ya había hecho saber sus sospechas a las autoridades monetarias y al ministro de Hacienda. Con la ya “confidencia” hecha, Matesa recibió tres mil millones de pts, más en créditos.
También los agregados comerciales en las embajadas españolas de los países donde iban a parar los telares deberían de haber hecho notar que algo raro ocurría. Por ejemplo, el agregado en Perú remitió un informe al ministerio de Comercio (ministro Opus) informándole de que los telares que Matesa pretendía haber vendido, “sobrepasan la capacidad de aquel mercado, y que de las 2.233 unidades presuntamente exportadas sólo había 460 instaladas, otras 655 en puertos peruanos con falta de documentación de entrada y el resto no había llegado. Si bien sus correspondientes letras representativas del precio estaban aceptadas por personas relacionadas con Matesa.”
La ley de delitos monetarios de aquella época sancionaba con mucha más fuerza al que defraudaba a un particular que al Estado. Era una ley desfasada, hecha en 1938, que obviamente ya no respondía a la situación económica de 1969. Vilá Reyes se benefició de ello.
“No hemos analizado aún los aspectos concretos del fraude, pero les comunicamos de que o bien estamos ante un caso de magia o en presencia de una corrupción administrativa a todos los niveles. Realmente no creemos en magia. Más bien pensamos que una sociedad estructurada como la española, en la que los controles se establecen mediante decretos, la estafa es posible y, aun más, la corrupción es la norma general de vida. Es el propio sistema el que engendra corrupción y el aprovechamiento de los servicios públicos para el lucro privado. En definitiva, no lo olvidemos, que el Estado español sirve a los intereses de la oligarquía en la que se apoya para sobrevivir. Lo demás, si hay algo más, es excepción.”
DATOS PARA LA HISTORIA DE UN “AFFAIRE”
I. CUATRO AÑOS DE GESTACION
A partir de 1965 se produce la escalada fulgurante de los créditos oficiales a Matesa. Aún debiendo ya más de 500 millones de pts. a finales de ese año, el sr. Ginebra Torra, director general de expansión comercial y miembro del Banco de Crédito industrial, se congratula con Vilá Reyes de lo bien que van “los negocios”, y le asegura créditos en mayor cuantía para el futuro año. Al finalizar 1966, Matesa debe al banco de Crédito industrial 2 mil millones de pts.
En 1967 ya constan las sospechas de que Matesa juega sucio, vendiéndose a sí misma los telares y destinando los anticipos al reembolso de los créditos. Increíble pero cierto, ¿qué contesta la compañía aseguradora cuando se le informa de la estafa? “que ya lo sabía.”
“Por qué esas sospechas y aspectos conocidos sobradamente no causaron acciones inmediatas por la Administración, que no se caracteriza por su indecisión ni blandura en otros asuntos, es algo que no podemos contestar más que al nivel de las suposiciones. Para auxiliar estas suposiciones dejamos constancia del siguiente hecho, que se irá comprobando a lo largo de la narración: siempre que se suscitan dudas en órganos de la Administración –jerarquías de Director general o inferiores- sobre las actividades de Matesa, aparece en escena un ministro propiciándole su ayuda.
Es particularmente cierto para la crisis de confianza que parece agobiar a Matesa en el verano de 1967, pues a las dudas y sospechas se suma un proceso incoado en el Juzgado de Delitos monetarios, por fuga de divisas. Vilá reyes declara ante el juez el 11 y 14 de agosto, y no confiesa la cuantía total defraudada, omitiendo 32 millones de pts. que serán descubiertas más tarde por la inspección del IEME. Sin embargo, el ministro de Comercio que ya conoce la iniciación del proceso, recibe el día 19 en San Sebastián a Vilá Reyes quien días después pudo decir al inspector jefe del IEME al comenzar este su cometido en Barcelona, que ya el señor ministro le había anunciado la inspección.
Veinte días antes de que salga la sentencia del Juzgado de Delitos monetarios, el BCI concede a Matesa un crédito de 500 millones de pts.”
Lo alucinante de la sentencia que salió es que aún reconociendo un delito monetario de 103 millones de pts, Vilá sólo tuvo que pagar una multa de 21 millones, ni siquiera se le quitó la cantidad defraudada y por si fuera poco, con sentencia y todo, se le siguió dando dinero del Estado para sus negocios.
Todavía más, el director del banco de crédito industrial se preocupa de la deuda que está contrayendo Matesa con el Estado, y por eso informa a la superioridad. Se le contestó concediendo más dinero a la empresa de Vilá Reyes.
A pesar de que el director General de Aduanas ya más que sospechas mostraba certezas de las irregularidades a los ministros (Hacienda y Comercio, ambos en manos Opus), a pesar de los informes del agregado comercial de Perú y de la compañía aseguradora, nada ocurre. Es más, el señor ministro García Moncó almuerza con Vilá Reyes en noviembre de 1968 y desde esa fecha hasta junio de 1969, otros 3 mil millones vinieron a llover como maná caído del cielo sobre Matesa.
Durante los primeros meses de 1969 siguen llegando quejas a los ministros, pero estos protegen la imagen de Vilá y sus intereses. De no ser porque alguien desde fuera de ese “círculo de iniciados” decidió denunciar el fraude podría haber seguido sine die, como se decía de la famosa intención especial en el opus dei. Había que rezar por la “fórmula jurídica definitiva” sine die, Matesa tenía carta blanca para recibir todos los millones no sabemos hasta cuando. Incluso García Moncó renovó la carta de exportador a Matesa en abril sin investigación ninguna, de forma automática. Vilá Reyes fue llevado ante el ministro en junio para que reconozca que tiene pérdidas de 2.500 millones de pts., nada impide que se le siga dando dinero.
Por ello cuando el affaire saltó a la prensa en julio de 1969 el abogado de Matesa se pregunta ¿por qué? Efectivamente, si llevaban cuatro años recibiendo millones del Estado a fondo perdido y sin dar cuenta de lo que hacían, ¿a qué viene el corte del suministro? El 28 de julio hubo otro crédito para Matesa, después de que ya el asunto estaba en la prensa. Claramente el gobierno pensaba que nadie podría contra sus decisiones y que la cosa no iría a más.
II. TREINTA DIAS DE VIDA
Los periódicos de Madrid fueron lanzando andanadas sobre el tema Matesa, el escrito más contundente fue el de Fernández Cuesta, un falangista que en el diario ABC denunciaba que el dinero destinado a las exportaciones era de todos los españoles, que el caso era grave y que requería una terapeútica adecuada. Eso fue el 6 de agosto, “era la llamada a todos los sectores del régimen franquista marginados por el intrusismo del Opus.”
Pero lo que nunca se dijo es cómo se había descubierto el fraude, “nadie lo pudo explicar porque, en rigor, el fraude no tuvo una etapa oculta para la Administración. Lo único que en aquellos días se hacía era descubrirlo al público.” Ni unos ni otros podían dar la verdadera explicación: los opusianos porque sería reconocer su culpabilidad, los falangistas porque sería reconocer que les importaba más desbancar a los del Opus del gobierno que la justicia y moralidad pública. Unos por organizar la estafa y otros por haberla consentido durante años, nadie estaba a salvo. El escándalo Matesa saltó porque había una lucha de facciones por el poder en el ejecutivo español. Entre el 9 y el 13 de agosto se procede a detenciones e ingresos en prisión de los hermanos Vilá Reyes, Jorge Vilá Calvo, Antonio Trius Pascual y Luis Banquels Coll.
“Las preguntas se suceden ininterrumpidamente: unos se extrañan de que a Matesa con un capital de 600 millones de pts. se le hubieran concedido créditos por valor de 14.000 millones. Otros subrayan la incongruencia de que la banca privada sólo hubiese concedido 245 millones de crédito, en el mismo período en que la banca oficial dilapidaba el dinero”.
El gobierno sacó un comunicado en el que se dice lo que se ha ido exponiendo aquí, que Matesa recibía dinero para vender y no vendía o se vendía a sí mismo, de los ingresos en prisión, del saldo de los créditos concedidos y ¡oh sorpresa! de que los ministros de Hacienda y Comercio, es decir, los culpables últimos del tinglado Matesa, habían recibido el encargo de continuar “la más amplia, minuciosa y completa investigación para el total esclarecimiento de los hechos y las exigencias de responsabilidades de todo orden a que hubiera lugar.” Se hizo dimitir a quien menos culpa tenía, el atemorizado director del Banco de Crédito Industrial que como ya hemos dicho, había comunicado al gobierno su horror ante el agujero de Matesa meses atrás.
En Diario de Navarra, se preguntaba Olarra el 19 de agosto: “No concebimos la dimisión del director del Banco de Crédito Industrial. Si es inocente, lo lógico sería que siguiera en su puesto, y si es culpable, hay unos tribunales que suelen procesar por simples indicios.”
El diario SP, que en este asunto fue el más anti opus, mostraba su satisfacción por la decisión del gobierno y pensaba que se iba a seguir dando publicidad al asunto a pesar de las amenazas de determinados grupos de presión (léase Opus Dei). Increíblemente SP tragaba que los “investigadores” del caso fueran los ministros de Comercio y Hacienda, pues ya fuera de toda lógica, “nadie mejor que ellos para desenredar un asunto que es de su competencia”. Verdaderamente una dictadura es el país de los despropósitos.
El diario El Alcázar publicó el 9 de agosto: “Según noticias que hemos recibido de fuentes bien informadas, parece ser que algunos puestos directivos de Matesa están desempeñados por miembros influyentes del Opus Dei”.
Javier Ayesta, director de la oficina de Información del Opus Dei contestó: “ningún socio del Opus Dei ocupa ningún puesto directivo en la empresa citada”, añadiendo que “su nota no ha dejado de asombrarnos a quienes trabajamos en la Oficina de Información del Opus Dei, pues plantea una cuestión confusa que podría haber resuelto haciéndonos por simple llamada telefónica la correspondiente consulta.” Pero el 28 de agosto el diario SP se resistía a admitir las excusas del Opus Dei: “es fácil oponer un mentís, sobre todo cuando se trata de una asociación de iniciados cuya lista de miembros, lo mismo que sus estatutos, jamás han sido hechos públicos, y porque la lógica jugaba en contra del Opus. Para efectuar ciertas operaciones económicas es necesario contar con fuertes apoyos en el grupo que monopoliza el sector económico, ergo, cuando esas operaciones tienen lugar hay que suponer que existe realmente una relación, bien sea como miembro del Opus Dei o como simpatizante”.
Pero el Opus siempre encuentra defensores de sus fechorías, La Voz de Avilés avisaba, “lo que no es justo es que algunos periódicos se aprovechen de estos hechos para lanzarse como perros hambrientos sobre organizaciones que les son molestas (Opus), y todo porque dicen que alguno de los mandos pertenecía a esas entidades. Además de injusto, podía desencadenar acusaciones a casi todo el mundo.” ¡Anda que bien! La excusa perfecta con la que el opus alimenta la cobardía de sus enemigos, “yo robo pero tú también, así que todos callados.”
En los primeros días de septiembre, por desgracia, triunfó la llamada a la remisión del asunto a sus “justos cauces”, a la serenidad, al no sensacionalismo. ¿Qué los ministros se habían valido de su poder para favorecer a Matesa con dinero del Estado? No exageremos, que hay otros exportadores en España y no sería beneficioso que la Administración redujera sus créditos. Se llegó a decir que en otros países industrializados se era tan agresivo o más que en España con el crédito a la exportación…
Vilá Reyes escribió una carta a los periódicos publicada el 31 de agosto aunque fechada el 15. Típica mentira para ocultar que no sabían como reaccionar al principio puesto que no estaban preparados para el “acoso” mediático. Pero en la carta no se saca nada en claro. Vilá se muestra como un genio de las finanzas perseguido por ser el primero en España que inicia un camino empresarial. El no tenía dinero fuera de España, había sido un empresario sacrificado por el bien común a pesar de que hubiera podido vivir de las rentas. Sobre los delitos monetarios, embargos y reclamaciones por no pagar los seguros no decía absolutamente nada.
Según él, el problema es que la legislación española no ha previsto ciertas situaciones y por ello se ha visto obligado a trasgredirla.
“Lo suyo no es tanto una humilde confesión de haber trasgredido la ley, cuanta una arrogante proclamación de haberla superado”. La entidad moral superior que lo amparaba era “la lucha por el mercado internacional”.
Semejantes impresentables excusas para defraudar al Estado no convencieron a los periódicos como el Ya que veían en ellas la confesión de su autor de haber cometido delitos consciente y deliberadamente. Vilá Reyes se permitía asegurar: “mientras no haya muchos empresarios dispuestos a ir a Carabanchel, España no perdería su atraso” y lo que es peor se podía concluir que mientras muchos empresarios no fueran conducidos a la cárcel, España no recuperaría su atraso.
El semanario SP se atrevió el 24 de agosto a un titular inusitado en la España franquista: “Los ministros económicos deben dimitir”, jamás en la dictadura se pedía la dimisión de nadie. Los culpables del caso eran los tecnócratas ( ministros Opus) y la orientación que habían dado a la economía española. En esa línea los casos como Matesa seguirían proliferando, argumentaba el semanario. El periódico se curaba en salud sobre sus críticas al gobierno:
“No deben de interpretarse como un voto de censura hacia los srs. Ministros cuya honestidad, competencia y limpieza de miras ha quedado bien probada a lo largo de su actuación. Es un simple planteamiento pragmático.”
Había que evitar que los defensores del gobierno Opus sacasen a la luz otros affaires de los que entonces eran sus enemigos políticos. Pienso que aunque los hubiesen sacado no habría pasado nada, nadie se atreve a tanto y tan grandes sumas como el opus a la hora de estafar. Los demás estafadores no lo hacen por “misión divina” y eso, quieras que no, te corta el vuelo.
El diario Ya, 28 de agosto, decía que las responsabilidades eran políticas, que alcanzaban a las más altas esferas y que no se podían eludir.
Se habló de llevar el asunto a las Cortes, pero el mismo presidente de la Cámara recordó que “ni el gobierno ni sus ministros son responsables ante las Cortes”. Las cortes franquistas no eran un parlamento democrático, no había nada que debatir, ni investigar, los ministros eran intocables.
Se constituyó una ponencia en las Cortes para el tema que trabajó a puerta cerrada, dicen que hubo 50 sesiones, ninguna de ellas trascendió a la prensa.
El ministro de Hacienda Espinosa San Martín hizo un informe según el cual el gobierno había cumplido escrupulosamente la ley. Sabemos que es mentira, se había dado dinero a fondo perdido, “alocadamente”, sin verificar en qué se estaba utilizando y como si Matesa fuera el único exportador existente en el país. El ministro hablaba de sensacionalismo, de que se habían sacado las cosas de quicio, y trataba de calmar a los demás exportadores que temían que el grifo de las ayudas gubernamentales se cerrara. El diario Ya, 7 de setiembre, ironizaba sobre las palabras del sr. Ministro:
“es por esto justamente, por el fallo de legalidad por lo que en nuestra edición de hace 15 días nos permitimos sugerir que el equipo de tecnócratas que lleva las riendas de la economía nacional desde hace 12 años debe dimitir, puesto que ha sido el inspirador y realizador de un orden que llevado a la práctica con toda pulcritud y rigor, como muy bien ha explicado el ministro de Hacienda, cristaliza en catástrofes como la de Matesa.”
Faltaba la opinión del ministro de Comercio, que jamás dio su informe.
III. UN DISCRETO ENTIERRO
El entierro de Matesa fue rápido, había miedo a que el pueblo español tomara conciencia de que había sido el verdaderamente defraudado. De ahí que proliferaran las llamadas a la serenidad y la mesura con ingenuidad o mala idea, se decía “no hay que generalizar”, “se trata de rectificar no de destruir”. Arriba recordó que estaban en juego las divisas, que no había que segar de raíz lo que se había hecho en el campo de la exportación. Fue el “Requiescat in pace” del asunto. Sólo España Económica osó mostrar la decepción por la injusticia: “No puede aceptarse que un asunto de tal envergadura acabe encontrando como solución el olvido y el silencio (…) El silencio es oro, dice la conseja, recomendando cerrar la boca. El silencio son 10.000 millones de pts. decimos nosotros, pidiendo que se rompa.”
Sobre las cifras de Matesa lo que se sabía es que, empezando con 2 millones de capital en 1956, en 1964 y 68 se habían hecho ampliaciones de capital por valor de 809 millones no inscritas en el registro mercantil. En cuanto al número de telares vendidos, 20.000 habían sido financiados por el banco, de ellos 11.000 estaban en el extranjero pues habían pasado las aduanas, de los restantes faltaban 5400, ¿dónde se pueden esconder más de 5.000 telares?
Como Rumasa hacía con los bancos, Matesa buscaba empresas textiles en el extranjero en situación comprometida, ofrecía asesoramiento técnico y comercial, a cambio debían de comprar los telares “made in Matesa”. Pero muchos de esos negocios fueron un fiasco porque las empresas no podían hacer frente a las obligaciones contraídas con Matesa. Las transferencias de dinero se hicieron al margen de las leyes españolas.
El 1 de setiembre la Fiscalía de Madrid presentó una querella contra Matesa por:
-Haber utilizado fondos de procedencia oficial simulando operaciones distintas a las que realmente tuvieron lugar.
-Haber falseado las condiciones en que se realizaban otras operaciones.
-Librar efectos mercantiles que no respondían a necesidades reales.
El día 2 se procedió al embargo de los bienes personales de Vilá Reyes hasta alcanzar la suma de 15 mil millones de pts. Tras un cambio de juez encargado del caso del que no se dio explicación, en diciembre se declara competente la sala segunda del Tribunal Supremo, que tenia potestad de juzgar a las personas que gocen de privilegios especiales de fuero, como jueces, procuradores…etc. Vilá Reyes no entraba en ninguna de esas categorías.
Para más datos increíbles, si alguien pensó que con Matesa iba a apartar al opus del gobierno se equivocaba. El 29 de octubre Franco firmó la propuesta del nuevo gabinete que le presentaron: en el nuevo gobierno había más socios y simpatizantes del opus Dei que nunca. Dato llamativo: Manuel Fraga era sustituido en el ministerio de información por Sánchez Bella, otro opusiano que endureció la censura. Los hombres de la editorial Ruedo Ibérico así lo confesaban: “Sánchez Bella es más bruto que Fraga”. El régimen dictatorial cogía nuevos bríos en manos del gobierno.
CONCLUSIONES
En lugar de reconocer lisa y llanamente que se había cometido una estafa al por mayor financiando a Matesa, sus “amigos” hicieron correr todo tipo de falacias, como que en realidad era un fallo porque nadie es infalible en el terreno de las inversiones, o que si se quiere contribuir al progreso de España hay que ser “aguerrido” y “osado” como dijo el propio Vilá Reyes. Es fácil ser osado cuando el dinero no es tuyo. Algunos mirando más bien al pasado dijeron que no se había ganado la guerra civil para que listillos como Vilá Reyes se enriquecieran.
Se habló de que “la comunidad nacional debería ser la titular del crédito bancario”, pero como en aquel momento España no era una democracia y el equipo en el poder no iba por ese camino, esto era un deseo imposible. Como ya se ha indicado antes el diario Ya denunció que las responsabilidades eran altas, sin indicar quién ni porqué. Se daba vueltas y más vueltas al affaire, como el pueblo de Israel cuando llegó a las murallas de Jericó, sin que nadie osase señalar el nudo de la cuestión. Con muy bonitas palabras sobre el desarrollo del país, un grupo de aprovechados habían desviado el dinero de los españoles en un acto de política ultraproteccionista para favorecer a un “amigo” o “hermano?”. No es explicable ni tolerable que de cada 100 pts. para el crédito a la exportación, 90 fueron a Matesa durante al menos cinco años.
Hubo quien se acordó de que Matesa se había instalado en Navarra por los beneficios fiscales que el derecho foral de la provincia le ofrecía. Y para rematar: Vilá Reyes fue presidente del club de fútbol Español en donde hizo gala de su “genio” dejando al equipo entrampadísimo.
“Matesa ratificó también que control público, separación de poderes, ejecutivo democráticamente elegido, jurisdicción única, eran condiciones imprescindibles para un desarrollo armónico (…) El régimen jamás concederá la palabra a las masas españolas. Porque , otro asunto que demostró Matesa, la voz se conquista o dura treinta días.”
Comentado por Ana Azanza, 30 de octubre de 2006
Este largo informe se divide en tres partes, cada una con sus correspondientes subapartados que he intentado sintetizar al máximo:
A. Los buenos negocios
B. Datos para la historia de un affaire.
C. En busca del responsable perdido
LOS BUENOS NEGOCIOS.
Probablemente sería más justo hablar de “mini escándalo” porque la polvareda periodística que levantó este affaire fue más bien escasa si tenemos en cuenta los miles de millones de pesetas que el estado español perdió en el caso Matesa. Entre el día en que saltó el asunto a la prensa, 23 de julio de 1969, y el día en que se dio sino por zanjado, sí enterrado públicamente transcurrieron escasamente dos meses.
La revista Garbo perteneciente al gremio de la prensa rosa “tiró de la manta” y El Europeo señalaba un mes después que Matesa quedaría incluido en los casos más fabulosos del mundo financiero, “hemos conseguido la medalla de oro en el deporte de la alta estafa”.
El 20 de junio de 1956 Matesa tiene un capital social de 2 millones de pts. y 12 años más tarde llega a los 600 millones, ha recibido créditos oficiales por valor de 13 mil millones de pts y cuando el tema se hizo público faltaban 5 mil millones de pts. ¿Cómo era posible que la banca oficial se hubiese dejado estafar? ¿Hasta dónde alcanzaba la ineptitud, hasta dónde la complicidad?
El artículo se hace eco de una opinión extendida según la cual España es la tierra de los buenos negocios. La publicación España económica, 25.septiembre.1969 lo explicaba: “Como se sabe negocio no es lo mismo que empresa. Es habitualmente lo contrario. En la distinción podría encontrarse una aportación original española a la teoría y a la práctica de la economía política. Trate usted de montar en el país una empresa seria, que produzca de verdad algún bien o servicio: ya verá cuántas dificultades y trabas, cuántos problemas, qué parcas rentabilidades. Acierte usted, por el contrario, a montar un buen negocio y compruebe por sí mismo la facilidad con que se producen los increíbles milagros económicos a la española. Nuestras empresas aumentan trabajosamente la renta nacional: los buenos negocios españoles multiplican veloz y asombrosamente los patrimonios de sus promotores.”
I. MAQUINARIA TEXTIL DEL NORTE DE ESPAÑA
Matesa empezó siendo en el siglo XIX una empresa textil que fabricaba mantones de manila. Tras la guerra civil los herederos, Juan Vilá Reyes y su hermano Fernando la transforman en sociedad anónima, con sede en Pamplona, “Manufacturas Arga”, dedicada a la seda, y “Matesa”, dedicada a la fabricación de telares.
Juan Vilá Reyes nació en Barcelona en 1925, era nieto del pionero de la empresa. Estudió en la escuela industrial de Barcelona y era miembro del Opus Dei, según Jesús Ynfante. Dada la facilidad con la que el Opus Dei sabe captar a quien interesa y soltar a quien no interesa, me pregunto si en el momento en que Juan Vilá ingresó en la prisión de Carabanchel por orden del juez, no le habían dando ya pasaporte en la obra de Dios. Es indiscutible que su empresa fue descaradamente favorecida por los ministros opus dei como vamos a poder comprobar.
Juan Vilá Reyes confeccionó su propia mitología de la “nueva óptica empresarial” con el fin de justificar el notable enriquecimiento de su negocio, que no se correspondía con lo que solía ocurrir con empresas similares. Las consideraciones “vacuas” de Vilá Reyes me hacen pensar en un seminario que organizaron en Pamplona en la facultad de Filosofía en colaboración con otras facultades y en el que participaban periódicamente empresarios españoles de “reconocido prestigio”. El seminario se llamaba “Empresa y Humanismo”, ya sólo el título da un poco de miedo…¿a qué se dedicaban los participantes en el mismo? ¿a justificar el enriquecimiento como señal de predestinación divina? El humanismo del opus dei es algo que está por descubrir como demuestra opuslibros.org día a día.
Juan Vilá no contó sólo con la familia “de sangre” para sacar adelante Matesa. También la Delegación Regional de Barcelona del ministerio de Comercio le otorgó una distinción especial por su política comercial, en televisión española Vilá Reyes protagonizó un programa de “Esta es su vida” y fue presentado como uno de los promotores del “nuevo pensamiento económico industrial catalán.”
Parece de sainete lo que sigue, que la maquinaria textil de los hermanos Vilá Reyes causó sensación en la feria de Ohio (Estados Unidos) y que todo ello se tradujo en más facilidades por parte del gobierno español a Matesa en concepto de créditos de ayuda a la exportación.
El telar Iwer era según Vilá Reyes, una maravilla inventada por los investigadores de su empresa, de los que él prefería exaltar su “creatividad”. La palabra investigación le resultaba demasiado fría. El artículo se detiene en los aspectos técnicos del telar Iwer, ventajas e inconvenientes. Parece que los segundos eran más que las primeras. Lo extraño del asunto es que unos telares tan “admirados” en Estados Unidos no lo fueran en España. Era sospechoso puesto que “no se conoce de empresa alguna que haya llegado a la fase de exportación masiva sin antes haber crecido en el interior. También resultaba sospechosa tanta investigación científica junto a tanto menosprecio por darse a conocer en España. En torno a este dudoso telar se montó no sólo la razón de ser de la empresa Matesa sino también todo el peso del crédito oficial de la Administración.”
La venta de los telares Iwer estaba orientada hacia el exterior y fue planteada a base de la creación de filiales. Vilá Reyes formó un conjunto de filiales, hasta 74. Matesa recibía los créditos del estado español (banco de crédito industrial) para exportar telares, los telares eran comprados por las filiales y estas filiales tenían que pagar al banco de crédito industrial el importe de los créditos. Hubo cuatro empresas fundamentales: Brelic S.A, Partholtex S.A., Establissement Holtex y Brelic internacional que controlaban las acciones de distintas fábricas de tejidos, la promoción comercial de los telares Iwer y la titularidad de las patentes internacionales elaboradas por Matesa.
¿Quién podía tomar en serio las palabras de Vilá Reyes en La Actualidad económica 16 de agosto de 1969? Decía el empresario que sus principales clientes habían sido paises muy desarrollados porque con sus telares se ahorraba mano de obra y subdesarrollados por la creatividad de una sola inversión. Pero el capital social de Matesa era insuficiente para las pretensiones de Vilá Reyes.
II. POLITICA DE ESTIMULO A LA EXPORTACION. LAS ENTIDADES OFICIALES DE CREDITO.
El crédito oficial en teoría debía servir a la financiación de empresas que habían agotado sus posibilidades de financiación en la banca privada. Pero en la práctica las empresas acuden a la banca oficial que ofrece mejores tipos de interés y no son tan exigentes para conceder el préstamo.
El Estado español ayudaba a los exportadores con desgravación fiscal, concediendo la carta de exportador, para lo que había que tener una serie de méritos y con el crédito a la exportación. El banco de Crédito Industrial era el encargado de conceder ese dinero, y parece que en los años sesenta “se liaron” a conceder créditos sin pedido en firme, es decir, que el crédito se convirtió en la práctica en una “subvención” a los exportadores, en lugar de ser un estímulo.
Cuando se recibía un crédito también se firmaba un contrato con una aseguradora para cubrir los riesgos de la fabricación, transporte y su llegada a manos de comprador. Supuestamente la Compañía Española de Crédito y Caución debía velar para que se cumplieran los contratos estipulados entre vendedores y compradores.
III. CAMINOS DE FRAUDE
El mismo sistema del crédito ofrecía muchas posibilidades al trato de favor, al nepotismo, a la irresponsabilidad. No hacía falta mucho talento para enriquecerse saltándose las leyes en la España franquista, con tener buenos contactos era suficiente.
Matesa se benefició ampliamente del crédito a la exportación que le ofrecía posibilidades de fraude:
-El exportador puede falsear al alzar los precios, y así recibe más dinero del banco de crédito. En concepto de “margen” como integrante del precio que se financia Matesa recibió entre octubre de 1968 y febrero de 1969, 20 millones de pts. del erario público. “Margen es uno de los más brillantes hallazgos de la nueva óptica empresarial descubierta por Vilá Reyes.”
-El exportador puede recibir créditos por una mercancía que no vende en el exterior, esto es posible si el exportador se vende a sí mismo o deja en consignación, en alguna plaza extranjera la mercancía que dice exportar.
Impresiona que en septiembre de 1969, en plena polvareda mediática levantada por el asunto, el gobierno justifique la no verificación de que se estaban efectivamente vendiendo los telares porque: “las inspecciones extraordinarias, hubieran supuesto una manifestación de desconfianza grave que rompe la relación normal con los Consejos ejecutivos.”
Las entidades de crédito tampoco “descubrieron” el fraude. Ni siquiera la compañía aseguradora hizo su trabajo, no consta que Matesa constituyera hipoteca sobre su activo inmobiliario para asegurar las pérdidas.
Matesa fue recibiendo dinero del estado sin que tuviera tiempo material para realizar las operaciones comerciales que con él decía financiar. Incluso se le dieron anticipos sobre créditos aun no formalizados, parece que las condiciones para recibir tal lluvia de millones sin gastarse un céntimo eran sostener especiales relaciones con altas jerarquías de la Administración.
“El gobierno acuerda anualmente la cifra máxima que el crédito oficial puede distribuir, pero al mismo tiempo faculta al ministro de Hacienda para que conceda, sin limitación, créditos complementarios. Pues bien, Matesa obtuvo dos créditos especiales del ministro: uno de 250 millones y otro de 200 el 28 de junio de 1969.”
Ya en abril de 1969 un funcionario del ministerio visita al ministro de comercio, García Moncó, y le comunica sus sospechas sobre la realidad de las cifras de exportación dadas por Matesa y la posibilidad de que salgan divisas de manera ilegal.
Así mismo el exportador Matesa falseó el precio de los telares para beneficiar de la desgravación fiscal, los precios de los telares eran inferiores en un 33% a los declarados, existían facturas y polizas de fletamiento falsas, muchas ventas lo eran a empresas conectadas con Matesa…Todo eso lo descubrió el Director general de Aduanas en 1969. Aunque se sabía que ocurría desde años anteriores.
La misma vista gorda sobre la evidente fuga de divisas del tinglado Matesa hizo el Instituto Español de Moneda Extranjera excusándose en “falta de personal, dificultad de impedir las infracciones ante los miles de operaciones a no ser que medie una denuncia o confidencia…etc.” Pero todo esto no se tiene de pie cuando sabemos que desde diciembre de 1968 el director general de Aduanas ya había hecho saber sus sospechas a las autoridades monetarias y al ministro de Hacienda. Con la ya “confidencia” hecha, Matesa recibió tres mil millones de pts, más en créditos.
También los agregados comerciales en las embajadas españolas de los países donde iban a parar los telares deberían de haber hecho notar que algo raro ocurría. Por ejemplo, el agregado en Perú remitió un informe al ministerio de Comercio (ministro Opus) informándole de que los telares que Matesa pretendía haber vendido, “sobrepasan la capacidad de aquel mercado, y que de las 2.233 unidades presuntamente exportadas sólo había 460 instaladas, otras 655 en puertos peruanos con falta de documentación de entrada y el resto no había llegado. Si bien sus correspondientes letras representativas del precio estaban aceptadas por personas relacionadas con Matesa.”
La ley de delitos monetarios de aquella época sancionaba con mucha más fuerza al que defraudaba a un particular que al Estado. Era una ley desfasada, hecha en 1938, que obviamente ya no respondía a la situación económica de 1969. Vilá Reyes se benefició de ello.
“No hemos analizado aún los aspectos concretos del fraude, pero les comunicamos de que o bien estamos ante un caso de magia o en presencia de una corrupción administrativa a todos los niveles. Realmente no creemos en magia. Más bien pensamos que una sociedad estructurada como la española, en la que los controles se establecen mediante decretos, la estafa es posible y, aun más, la corrupción es la norma general de vida. Es el propio sistema el que engendra corrupción y el aprovechamiento de los servicios públicos para el lucro privado. En definitiva, no lo olvidemos, que el Estado español sirve a los intereses de la oligarquía en la que se apoya para sobrevivir. Lo demás, si hay algo más, es excepción.”
DATOS PARA LA HISTORIA DE UN “AFFAIRE”
I. CUATRO AÑOS DE GESTACION
A partir de 1965 se produce la escalada fulgurante de los créditos oficiales a Matesa. Aún debiendo ya más de 500 millones de pts. a finales de ese año, el sr. Ginebra Torra, director general de expansión comercial y miembro del Banco de Crédito industrial, se congratula con Vilá Reyes de lo bien que van “los negocios”, y le asegura créditos en mayor cuantía para el futuro año. Al finalizar 1966, Matesa debe al banco de Crédito industrial 2 mil millones de pts.
En 1967 ya constan las sospechas de que Matesa juega sucio, vendiéndose a sí misma los telares y destinando los anticipos al reembolso de los créditos. Increíble pero cierto, ¿qué contesta la compañía aseguradora cuando se le informa de la estafa? “que ya lo sabía.”
“Por qué esas sospechas y aspectos conocidos sobradamente no causaron acciones inmediatas por la Administración, que no se caracteriza por su indecisión ni blandura en otros asuntos, es algo que no podemos contestar más que al nivel de las suposiciones. Para auxiliar estas suposiciones dejamos constancia del siguiente hecho, que se irá comprobando a lo largo de la narración: siempre que se suscitan dudas en órganos de la Administración –jerarquías de Director general o inferiores- sobre las actividades de Matesa, aparece en escena un ministro propiciándole su ayuda.
Es particularmente cierto para la crisis de confianza que parece agobiar a Matesa en el verano de 1967, pues a las dudas y sospechas se suma un proceso incoado en el Juzgado de Delitos monetarios, por fuga de divisas. Vilá reyes declara ante el juez el 11 y 14 de agosto, y no confiesa la cuantía total defraudada, omitiendo 32 millones de pts. que serán descubiertas más tarde por la inspección del IEME. Sin embargo, el ministro de Comercio que ya conoce la iniciación del proceso, recibe el día 19 en San Sebastián a Vilá Reyes quien días después pudo decir al inspector jefe del IEME al comenzar este su cometido en Barcelona, que ya el señor ministro le había anunciado la inspección.
Veinte días antes de que salga la sentencia del Juzgado de Delitos monetarios, el BCI concede a Matesa un crédito de 500 millones de pts.”
Lo alucinante de la sentencia que salió es que aún reconociendo un delito monetario de 103 millones de pts, Vilá sólo tuvo que pagar una multa de 21 millones, ni siquiera se le quitó la cantidad defraudada y por si fuera poco, con sentencia y todo, se le siguió dando dinero del Estado para sus negocios.
Todavía más, el director del banco de crédito industrial se preocupa de la deuda que está contrayendo Matesa con el Estado, y por eso informa a la superioridad. Se le contestó concediendo más dinero a la empresa de Vilá Reyes.
A pesar de que el director General de Aduanas ya más que sospechas mostraba certezas de las irregularidades a los ministros (Hacienda y Comercio, ambos en manos Opus), a pesar de los informes del agregado comercial de Perú y de la compañía aseguradora, nada ocurre. Es más, el señor ministro García Moncó almuerza con Vilá Reyes en noviembre de 1968 y desde esa fecha hasta junio de 1969, otros 3 mil millones vinieron a llover como maná caído del cielo sobre Matesa.
Durante los primeros meses de 1969 siguen llegando quejas a los ministros, pero estos protegen la imagen de Vilá y sus intereses. De no ser porque alguien desde fuera de ese “círculo de iniciados” decidió denunciar el fraude podría haber seguido sine die, como se decía de la famosa intención especial en el opus dei. Había que rezar por la “fórmula jurídica definitiva” sine die, Matesa tenía carta blanca para recibir todos los millones no sabemos hasta cuando. Incluso García Moncó renovó la carta de exportador a Matesa en abril sin investigación ninguna, de forma automática. Vilá Reyes fue llevado ante el ministro en junio para que reconozca que tiene pérdidas de 2.500 millones de pts., nada impide que se le siga dando dinero.
Por ello cuando el affaire saltó a la prensa en julio de 1969 el abogado de Matesa se pregunta ¿por qué? Efectivamente, si llevaban cuatro años recibiendo millones del Estado a fondo perdido y sin dar cuenta de lo que hacían, ¿a qué viene el corte del suministro? El 28 de julio hubo otro crédito para Matesa, después de que ya el asunto estaba en la prensa. Claramente el gobierno pensaba que nadie podría contra sus decisiones y que la cosa no iría a más.
II. TREINTA DIAS DE VIDA
Los periódicos de Madrid fueron lanzando andanadas sobre el tema Matesa, el escrito más contundente fue el de Fernández Cuesta, un falangista que en el diario ABC denunciaba que el dinero destinado a las exportaciones era de todos los españoles, que el caso era grave y que requería una terapeútica adecuada. Eso fue el 6 de agosto, “era la llamada a todos los sectores del régimen franquista marginados por el intrusismo del Opus.”
Pero lo que nunca se dijo es cómo se había descubierto el fraude, “nadie lo pudo explicar porque, en rigor, el fraude no tuvo una etapa oculta para la Administración. Lo único que en aquellos días se hacía era descubrirlo al público.” Ni unos ni otros podían dar la verdadera explicación: los opusianos porque sería reconocer su culpabilidad, los falangistas porque sería reconocer que les importaba más desbancar a los del Opus del gobierno que la justicia y moralidad pública. Unos por organizar la estafa y otros por haberla consentido durante años, nadie estaba a salvo. El escándalo Matesa saltó porque había una lucha de facciones por el poder en el ejecutivo español. Entre el 9 y el 13 de agosto se procede a detenciones e ingresos en prisión de los hermanos Vilá Reyes, Jorge Vilá Calvo, Antonio Trius Pascual y Luis Banquels Coll.
“Las preguntas se suceden ininterrumpidamente: unos se extrañan de que a Matesa con un capital de 600 millones de pts. se le hubieran concedido créditos por valor de 14.000 millones. Otros subrayan la incongruencia de que la banca privada sólo hubiese concedido 245 millones de crédito, en el mismo período en que la banca oficial dilapidaba el dinero”.
El gobierno sacó un comunicado en el que se dice lo que se ha ido exponiendo aquí, que Matesa recibía dinero para vender y no vendía o se vendía a sí mismo, de los ingresos en prisión, del saldo de los créditos concedidos y ¡oh sorpresa! de que los ministros de Hacienda y Comercio, es decir, los culpables últimos del tinglado Matesa, habían recibido el encargo de continuar “la más amplia, minuciosa y completa investigación para el total esclarecimiento de los hechos y las exigencias de responsabilidades de todo orden a que hubiera lugar.” Se hizo dimitir a quien menos culpa tenía, el atemorizado director del Banco de Crédito Industrial que como ya hemos dicho, había comunicado al gobierno su horror ante el agujero de Matesa meses atrás.
En Diario de Navarra, se preguntaba Olarra el 19 de agosto: “No concebimos la dimisión del director del Banco de Crédito Industrial. Si es inocente, lo lógico sería que siguiera en su puesto, y si es culpable, hay unos tribunales que suelen procesar por simples indicios.”
El diario SP, que en este asunto fue el más anti opus, mostraba su satisfacción por la decisión del gobierno y pensaba que se iba a seguir dando publicidad al asunto a pesar de las amenazas de determinados grupos de presión (léase Opus Dei). Increíblemente SP tragaba que los “investigadores” del caso fueran los ministros de Comercio y Hacienda, pues ya fuera de toda lógica, “nadie mejor que ellos para desenredar un asunto que es de su competencia”. Verdaderamente una dictadura es el país de los despropósitos.
El diario El Alcázar publicó el 9 de agosto: “Según noticias que hemos recibido de fuentes bien informadas, parece ser que algunos puestos directivos de Matesa están desempeñados por miembros influyentes del Opus Dei”.
Javier Ayesta, director de la oficina de Información del Opus Dei contestó: “ningún socio del Opus Dei ocupa ningún puesto directivo en la empresa citada”, añadiendo que “su nota no ha dejado de asombrarnos a quienes trabajamos en la Oficina de Información del Opus Dei, pues plantea una cuestión confusa que podría haber resuelto haciéndonos por simple llamada telefónica la correspondiente consulta.” Pero el 28 de agosto el diario SP se resistía a admitir las excusas del Opus Dei: “es fácil oponer un mentís, sobre todo cuando se trata de una asociación de iniciados cuya lista de miembros, lo mismo que sus estatutos, jamás han sido hechos públicos, y porque la lógica jugaba en contra del Opus. Para efectuar ciertas operaciones económicas es necesario contar con fuertes apoyos en el grupo que monopoliza el sector económico, ergo, cuando esas operaciones tienen lugar hay que suponer que existe realmente una relación, bien sea como miembro del Opus Dei o como simpatizante”.
Pero el Opus siempre encuentra defensores de sus fechorías, La Voz de Avilés avisaba, “lo que no es justo es que algunos periódicos se aprovechen de estos hechos para lanzarse como perros hambrientos sobre organizaciones que les son molestas (Opus), y todo porque dicen que alguno de los mandos pertenecía a esas entidades. Además de injusto, podía desencadenar acusaciones a casi todo el mundo.” ¡Anda que bien! La excusa perfecta con la que el opus alimenta la cobardía de sus enemigos, “yo robo pero tú también, así que todos callados.”
En los primeros días de septiembre, por desgracia, triunfó la llamada a la remisión del asunto a sus “justos cauces”, a la serenidad, al no sensacionalismo. ¿Qué los ministros se habían valido de su poder para favorecer a Matesa con dinero del Estado? No exageremos, que hay otros exportadores en España y no sería beneficioso que la Administración redujera sus créditos. Se llegó a decir que en otros países industrializados se era tan agresivo o más que en España con el crédito a la exportación…
Vilá Reyes escribió una carta a los periódicos publicada el 31 de agosto aunque fechada el 15. Típica mentira para ocultar que no sabían como reaccionar al principio puesto que no estaban preparados para el “acoso” mediático. Pero en la carta no se saca nada en claro. Vilá se muestra como un genio de las finanzas perseguido por ser el primero en España que inicia un camino empresarial. El no tenía dinero fuera de España, había sido un empresario sacrificado por el bien común a pesar de que hubiera podido vivir de las rentas. Sobre los delitos monetarios, embargos y reclamaciones por no pagar los seguros no decía absolutamente nada.
Según él, el problema es que la legislación española no ha previsto ciertas situaciones y por ello se ha visto obligado a trasgredirla.
“Lo suyo no es tanto una humilde confesión de haber trasgredido la ley, cuanta una arrogante proclamación de haberla superado”. La entidad moral superior que lo amparaba era “la lucha por el mercado internacional”.
Semejantes impresentables excusas para defraudar al Estado no convencieron a los periódicos como el Ya que veían en ellas la confesión de su autor de haber cometido delitos consciente y deliberadamente. Vilá Reyes se permitía asegurar: “mientras no haya muchos empresarios dispuestos a ir a Carabanchel, España no perdería su atraso” y lo que es peor se podía concluir que mientras muchos empresarios no fueran conducidos a la cárcel, España no recuperaría su atraso.
El semanario SP se atrevió el 24 de agosto a un titular inusitado en la España franquista: “Los ministros económicos deben dimitir”, jamás en la dictadura se pedía la dimisión de nadie. Los culpables del caso eran los tecnócratas ( ministros Opus) y la orientación que habían dado a la economía española. En esa línea los casos como Matesa seguirían proliferando, argumentaba el semanario. El periódico se curaba en salud sobre sus críticas al gobierno:
“No deben de interpretarse como un voto de censura hacia los srs. Ministros cuya honestidad, competencia y limpieza de miras ha quedado bien probada a lo largo de su actuación. Es un simple planteamiento pragmático.”
Había que evitar que los defensores del gobierno Opus sacasen a la luz otros affaires de los que entonces eran sus enemigos políticos. Pienso que aunque los hubiesen sacado no habría pasado nada, nadie se atreve a tanto y tan grandes sumas como el opus a la hora de estafar. Los demás estafadores no lo hacen por “misión divina” y eso, quieras que no, te corta el vuelo.
El diario Ya, 28 de agosto, decía que las responsabilidades eran políticas, que alcanzaban a las más altas esferas y que no se podían eludir.
Se habló de llevar el asunto a las Cortes, pero el mismo presidente de la Cámara recordó que “ni el gobierno ni sus ministros son responsables ante las Cortes”. Las cortes franquistas no eran un parlamento democrático, no había nada que debatir, ni investigar, los ministros eran intocables.
Se constituyó una ponencia en las Cortes para el tema que trabajó a puerta cerrada, dicen que hubo 50 sesiones, ninguna de ellas trascendió a la prensa.
El ministro de Hacienda Espinosa San Martín hizo un informe según el cual el gobierno había cumplido escrupulosamente la ley. Sabemos que es mentira, se había dado dinero a fondo perdido, “alocadamente”, sin verificar en qué se estaba utilizando y como si Matesa fuera el único exportador existente en el país. El ministro hablaba de sensacionalismo, de que se habían sacado las cosas de quicio, y trataba de calmar a los demás exportadores que temían que el grifo de las ayudas gubernamentales se cerrara. El diario Ya, 7 de setiembre, ironizaba sobre las palabras del sr. Ministro:
“es por esto justamente, por el fallo de legalidad por lo que en nuestra edición de hace 15 días nos permitimos sugerir que el equipo de tecnócratas que lleva las riendas de la economía nacional desde hace 12 años debe dimitir, puesto que ha sido el inspirador y realizador de un orden que llevado a la práctica con toda pulcritud y rigor, como muy bien ha explicado el ministro de Hacienda, cristaliza en catástrofes como la de Matesa.”
Faltaba la opinión del ministro de Comercio, que jamás dio su informe.
III. UN DISCRETO ENTIERRO
El entierro de Matesa fue rápido, había miedo a que el pueblo español tomara conciencia de que había sido el verdaderamente defraudado. De ahí que proliferaran las llamadas a la serenidad y la mesura con ingenuidad o mala idea, se decía “no hay que generalizar”, “se trata de rectificar no de destruir”. Arriba recordó que estaban en juego las divisas, que no había que segar de raíz lo que se había hecho en el campo de la exportación. Fue el “Requiescat in pace” del asunto. Sólo España Económica osó mostrar la decepción por la injusticia: “No puede aceptarse que un asunto de tal envergadura acabe encontrando como solución el olvido y el silencio (…) El silencio es oro, dice la conseja, recomendando cerrar la boca. El silencio son 10.000 millones de pts. decimos nosotros, pidiendo que se rompa.”
Sobre las cifras de Matesa lo que se sabía es que, empezando con 2 millones de capital en 1956, en 1964 y 68 se habían hecho ampliaciones de capital por valor de 809 millones no inscritas en el registro mercantil. En cuanto al número de telares vendidos, 20.000 habían sido financiados por el banco, de ellos 11.000 estaban en el extranjero pues habían pasado las aduanas, de los restantes faltaban 5400, ¿dónde se pueden esconder más de 5.000 telares?
Como Rumasa hacía con los bancos, Matesa buscaba empresas textiles en el extranjero en situación comprometida, ofrecía asesoramiento técnico y comercial, a cambio debían de comprar los telares “made in Matesa”. Pero muchos de esos negocios fueron un fiasco porque las empresas no podían hacer frente a las obligaciones contraídas con Matesa. Las transferencias de dinero se hicieron al margen de las leyes españolas.
El 1 de setiembre la Fiscalía de Madrid presentó una querella contra Matesa por:
-Haber utilizado fondos de procedencia oficial simulando operaciones distintas a las que realmente tuvieron lugar.
-Haber falseado las condiciones en que se realizaban otras operaciones.
-Librar efectos mercantiles que no respondían a necesidades reales.
El día 2 se procedió al embargo de los bienes personales de Vilá Reyes hasta alcanzar la suma de 15 mil millones de pts. Tras un cambio de juez encargado del caso del que no se dio explicación, en diciembre se declara competente la sala segunda del Tribunal Supremo, que tenia potestad de juzgar a las personas que gocen de privilegios especiales de fuero, como jueces, procuradores…etc. Vilá Reyes no entraba en ninguna de esas categorías.
Para más datos increíbles, si alguien pensó que con Matesa iba a apartar al opus del gobierno se equivocaba. El 29 de octubre Franco firmó la propuesta del nuevo gabinete que le presentaron: en el nuevo gobierno había más socios y simpatizantes del opus Dei que nunca. Dato llamativo: Manuel Fraga era sustituido en el ministerio de información por Sánchez Bella, otro opusiano que endureció la censura. Los hombres de la editorial Ruedo Ibérico así lo confesaban: “Sánchez Bella es más bruto que Fraga”. El régimen dictatorial cogía nuevos bríos en manos del gobierno.
CONCLUSIONES
En lugar de reconocer lisa y llanamente que se había cometido una estafa al por mayor financiando a Matesa, sus “amigos” hicieron correr todo tipo de falacias, como que en realidad era un fallo porque nadie es infalible en el terreno de las inversiones, o que si se quiere contribuir al progreso de España hay que ser “aguerrido” y “osado” como dijo el propio Vilá Reyes. Es fácil ser osado cuando el dinero no es tuyo. Algunos mirando más bien al pasado dijeron que no se había ganado la guerra civil para que listillos como Vilá Reyes se enriquecieran.
Se habló de que “la comunidad nacional debería ser la titular del crédito bancario”, pero como en aquel momento España no era una democracia y el equipo en el poder no iba por ese camino, esto era un deseo imposible. Como ya se ha indicado antes el diario Ya denunció que las responsabilidades eran altas, sin indicar quién ni porqué. Se daba vueltas y más vueltas al affaire, como el pueblo de Israel cuando llegó a las murallas de Jericó, sin que nadie osase señalar el nudo de la cuestión. Con muy bonitas palabras sobre el desarrollo del país, un grupo de aprovechados habían desviado el dinero de los españoles en un acto de política ultraproteccionista para favorecer a un “amigo” o “hermano?”. No es explicable ni tolerable que de cada 100 pts. para el crédito a la exportación, 90 fueron a Matesa durante al menos cinco años.
Hubo quien se acordó de que Matesa se había instalado en Navarra por los beneficios fiscales que el derecho foral de la provincia le ofrecía. Y para rematar: Vilá Reyes fue presidente del club de fútbol Español en donde hizo gala de su “genio” dejando al equipo entrampadísimo.
“Matesa ratificó también que control público, separación de poderes, ejecutivo democráticamente elegido, jurisdicción única, eran condiciones imprescindibles para un desarrollo armónico (…) El régimen jamás concederá la palabra a las masas españolas. Porque , otro asunto que demostró Matesa, la voz se conquista o dura treinta días.”
TESTIMONIO DE RAMÓN MARTÍNEZ
Lo expuesto es un extracto de una carta dirigida al presidente del Gobierno español Sr. Zapatero pidiendo protección, donde expongo y doy testimonio de mi realidad como víctima del Opus.
José Ramón Martinez Robles, ciudadano español, D.N.I. 74712641, nacido en Granada, España, el 21 de Octubre de 1959, de profesión profesor de enseñanza secundaria y residente en Estocolmo, Suecia, expone:
En Junio de 1988 un Juez de Granada, conocido por ser del Opus o allegado, autorizó que me internaran en un centro psiquiátrico mediante una providencia y con un certificado de domicilio de contenido falso que le daba aparente competencia, entre otras muchas irregularidades.
En un principio fuí defendido por abogados de oficio ante la evidencia y gravedad de los delitos, pero todos los fiscales y magistrados que conocieron el caso dijeron siempre que no había indicio alguno de delito en lo que claramente puede usted comprobar que puedo demostrar. Al llegar a la última instancia interna en el Tribunal Constitucional, gracias a la colaboración de la Fiscalía y del Consejo General de la Abogacia, me denegaron el abogado de oficio al que tenía derecho por ley y mediante una resolución que no tenía pie de recurso, lugar al que recurrir ni el plazo correspondiente, se cerraba el caso.
Ante esta situación, comprendí que cualquier juez del Opus podía de forma ilegal internarme con la mayor impunidad, y viendo que el Opus se atrevía a actuar con tal prepotencia durante el gobierno del PSOE, y como estaba viendo venir que con sus mentiras y maquinaciones iban a conseguir ganar las elecciones, no me quedó mas opción que el exilio. Elegí Suecia, por no ser un país católico y por la buena imagen en lo referente a Derechos Humanos y la buena acción del socialismo sueco liderada por Olof Palme.
Desgraciadamente, al llegar a Suecia me dijeron que en Suecia hay unos poderes que dominan el Estado de forma similar al Opus en España, y que todo apunta que fueron estos poderes los responsables del asesinato de Olof Palme, al igual que la recientemente asesinada ministra socialista de asuntos exteriores Anna Lind. Por esta razón me siento en peligro también aquí en Suecia y voy a explicar las razones de por qué solicito la protección del gobierno que usted representa, así como los delitos que no puedo demostrar si no me dan su protección.
Procedo de una familia Católica tradicional de derechas. Aunque ellos no eran en un principio del Opus, parece ser que gracias a mi hermano que se casó con una mujer donde todos sus padres y hermanos eran miembros del Opus, terminaron siendolo ellos también. Debido a que desde que yo tenía 14 años siempre fuí ateo, y que manifestaba abiertamente mi opinión sobre que la religión solo era mitología y que la iglesia católica era un fraude (no olvidar el tema de los milagros, la lujuriosa riqueza del Papa, etc, etc) esta postura abierta me causó muchos problemas con mis padres, las cosas empeoraron cuando el Opus llegó a mi casa. Entonces mis padres y hermanos comenzaron a hablar de mi a mis espaldas susurrando, y decían que yo estaba loco. Además, gente que no conocía de nada, comenzó a hostigarme por la calle, con insultos e incluso agresiones. Un día fuí conducido mediante engaños a un ambulatorio privado de Granada que se llamaba la Inmaculada creo recordar, y me encamaron a la fuerza. No sé que me hicieron allí, pero el caso es que empecé a sentir voces en la cabeza que me decían cosas como “te vas a enterar lo que es la Obra” “te vamos a internar en un manicomio” “todo lo que hagas va a ser para nosotros” “da pena, es como los cerdos, hay que matarlo para poder comer nosotros” etc. etc.
Poco mas tarde fuí internado a la fuerza en un centro psiquiátrico de una forma ilegal como usted podrá comprobar si lee la documentación que le envío. Aunque el psiquiatra que estaba de guardia y que me hizo un reconocimiento la noche que me internaron ( que a todas luces no era del Opus) escribió que me veía muy asustado pero que ningún transtorno de interés y que esquizofrenia a descartar, el psiquiatra que llegó al día siguiente que era del Opus, escribió de mi lo que quiso, me medicaron a la fuerza causandome transtornos psicomotores y al cabo de 10 días pude salir sin autorización judicial bajo la coacción de seguir un tratamiento que claramente me dañaba.
Al salir me puse en contacto con medios de comunicación, periódicos, puse denuncias en todos los niveles del estado, etc, etc. Pero seguían insultandome y amenazandome en mi cabeza. Ante las muchas denuncias que enviaba, les oia decir “vamos a tener que avisarles para que no le hagan caso”. También decian “sabes lo que es la interdicción entre los poderes públicos?” de esta forma parece que me querían dar a entender que la versión que ellos diesen iban a prevalecer ante las pruebas de delitos que yo aportaba. Hablaban de la ley como cosa de tontos que se lo creen y del Estado como algo que fuese de su propiedad.
Los llevo escuchando día a día desde que me levanto hasta que me acuesto desde 1988. A veces cuando me despierto, escucho: "empieza a grabar que ya se despierta".
Cuando llegué a Suecia, además de los habituales que solía escuchar en mi cabeza, comencé a escuchar gente nueva que hablaba español con acento extranjero. Hoy los escucho en sueco. Aquí en Suecia pude averiguar que ya en los años 60, la policía sueca en colaboración con las autoridades sanitarias, implataba aparatos electrónicos en cerebros de gente involuntaria. Cuando leí esto, llamé al Consejo de Ética Médica aqui en Estocolmo, me confirmaron que era cierto, aunque negaban que estas prácticas se hiciesen hoy en día. Lo cierto es que los síntomas de estas víctimas es que tienen voces en la cabeza, y el asesino de Anna Lind, se quejaba de tener voces en la cabeza, lo que me hace sospechar en un asesinato claramente político, por parte de probablemente los mismos que asesinaron a Olof Palme.
Por esta razón me siento también en peligro en Suecia, ya que las autoridades permiten que me torturen y humillen continuamente tanto suecos como españoles del Opus, y me pregunto la relación del Opus con esta gente en Suecia. Por esta razón le pido protección a su gobierno.
Información sobre el efecto Frey en el que se basa la tecnología responsable de oir voces en la cabeza se encuentra en Wikipedia:
EFECTO FREY (FREY EFFECT) Ver más en ESQUIZOFRENIA EN EL OPUS DEI
Así como documentación de pruebas y sobre tecnologías en neurociencias:
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En Junio de 1988 un Juez de Granada, conocido por ser del Opus o allegado, autorizó que me internaran en un centro psiquiátrico mediante una providencia y con un certificado de domicilio de contenido falso que le daba aparente competencia, entre otras muchas irregularidades.
En un principio fuí defendido por abogados de oficio ante la evidencia y gravedad de los delitos, pero todos los fiscales y magistrados que conocieron el caso dijeron siempre que no había indicio alguno de delito en lo que claramente puede usted comprobar que puedo demostrar. Al llegar a la última instancia interna en el Tribunal Constitucional, gracias a la colaboración de la Fiscalía y del Consejo General de la Abogacia, me denegaron el abogado de oficio al que tenía derecho por ley y mediante una resolución que no tenía pie de recurso, lugar al que recurrir ni el plazo correspondiente, se cerraba el caso.
Ante esta situación, comprendí que cualquier juez del Opus podía de forma ilegal internarme con la mayor impunidad, y viendo que el Opus se atrevía a actuar con tal prepotencia durante el gobierno del PSOE, y como estaba viendo venir que con sus mentiras y maquinaciones iban a conseguir ganar las elecciones, no me quedó mas opción que el exilio. Elegí Suecia, por no ser un país católico y por la buena imagen en lo referente a Derechos Humanos y la buena acción del socialismo sueco liderada por Olof Palme.
Desgraciadamente, al llegar a Suecia me dijeron que en Suecia hay unos poderes que dominan el Estado de forma similar al Opus en España, y que todo apunta que fueron estos poderes los responsables del asesinato de Olof Palme, al igual que la recientemente asesinada ministra socialista de asuntos exteriores Anna Lind. Por esta razón me siento en peligro también aquí en Suecia y voy a explicar las razones de por qué solicito la protección del gobierno que usted representa, así como los delitos que no puedo demostrar si no me dan su protección.
Procedo de una familia Católica tradicional de derechas. Aunque ellos no eran en un principio del Opus, parece ser que gracias a mi hermano que se casó con una mujer donde todos sus padres y hermanos eran miembros del Opus, terminaron siendolo ellos también. Debido a que desde que yo tenía 14 años siempre fuí ateo, y que manifestaba abiertamente mi opinión sobre que la religión solo era mitología y que la iglesia católica era un fraude (no olvidar el tema de los milagros, la lujuriosa riqueza del Papa, etc, etc) esta postura abierta me causó muchos problemas con mis padres, las cosas empeoraron cuando el Opus llegó a mi casa. Entonces mis padres y hermanos comenzaron a hablar de mi a mis espaldas susurrando, y decían que yo estaba loco. Además, gente que no conocía de nada, comenzó a hostigarme por la calle, con insultos e incluso agresiones. Un día fuí conducido mediante engaños a un ambulatorio privado de Granada que se llamaba la Inmaculada creo recordar, y me encamaron a la fuerza. No sé que me hicieron allí, pero el caso es que empecé a sentir voces en la cabeza que me decían cosas como “te vas a enterar lo que es la Obra” “te vamos a internar en un manicomio” “todo lo que hagas va a ser para nosotros” “da pena, es como los cerdos, hay que matarlo para poder comer nosotros” etc. etc.
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miércoles, 6 de mayo de 2009
EL OPUS A LA CONQUISTA DEL MUNDO

Extremistas católicos
por Thierry Meyssan.
Fue durante la dictadura del general Francisco Franco en España que el sacerdote José María Escriva de Balaguer funda e instala los cimientos del Opus Dei. Como consejero espiritual de Franco y gracias a la organización que viene de crear, Balaguer se da como misión de seleccionar y formar las elites de la dictadura franquista hasta llegar a controlar lo esencial del poder. Más tarde Balaguer fue enviado al Vaticano. Desde allí trabajó para extender su poder en América Latina. El Opus Dei desarrolla una gigantesca campaña para recuperara los sacerdotes católicos, «culpables» antes sus ojos de apreciar los análisis marxistas y de oponerse a las dictaduras, sean militares o católicas.
Oficialmente el Opus Dei no es más que una asociación católica internacional. Su labor se resumiría a la actividad espiritual de sus 79 303 miembros (sea 1 506 sacerdotes, 352 seminaristas y 77 445 laicos). Los miembros que el Opus Dei selecciona son la crema y nata de la sociedad latinoamericana y europea. Entre ellos los grandes propietarios de compañías multinacionales, los magnates de la prensa y la financia, jefes de Estado y del gobierno. A cada uno de ellos, el Opus Dei les exige una austera disciplina y una completa obediencia. Una manera muy inteligente de fingir y enmascarar sus actividades políticas «personales», gracias a sus ejecutivos de las «clases dominantes» en el mundo entero, el Opus Dei puede imponer sus valores a los pueblos.
Esta secta fue fundada el 2 de octubre de 1928 por un joven sacerdote católico español, de origen modesto, el cura José María Escriva de Balaguer. Era más que todo un intento de estos adeptos de llegar a la Santidad mediante la participación a la instauración de un régimen teocrático, en la cual Escriva de Balaguer sería el profeta. La guerra civil española les pareció como la ocasión ideal e inesperada de establecer el Estado católico de sus sueños. El sacerdote Escriba llegó a ser el consejero espiritual y de conciencia del general Franco. Juntos restablecerían el antiguo principio: «Cujus regio, ejus religio» (tal gobierno en un Estado, tal religión en este Estado).
El Opus Dei se tomó como objetivo de seleccionar y de formar las elites de la dictadura española hasta controlar lo esencial del poder. Así, en los años setenta, el gobierno franquista del almirante Carero Blanco fue calificado de « monocolor » : de sus 19 ministros, 12 eran del Opus Dei. A pesar que Escriva de Balaguer no ejercía ninguna responsabilidad directa en el régimen, el «padre» Balaguer nunca cesó de aconsejar al Generalísimo. Fue él quien sugirió el restablecimiento de la monarquía de derecho divino. Franco fue proclamado presidente a vida.
Balaguer preveía de hacerse proclamar regente una vez acontecida la muerte del Caudillo. Por tal motivo se hace ennoblecer en 1968 bajo el título de Monseñor Escriva de Balaguer marqués de Peralta. Pero el plan fue modificado. Al año siguiente Franco designa al príncipe Juan Carlos I de Borbón para sucederlo (el actual rey de España). De todas maneras Monseñor Escriva de Balaguer tenía otras ambiciones. A los finales de la Segunda Guerra Mundial viaja a Roma, una vez allí se dedicaba a consolidar y extender su poder en América Latina. Oratorios y capillas del Opus Dei fueron instalados en las embajadas españolas, cosa que facilitaría el contacto entre las elites locales. Escriva de Balaguer brindaba igualmente sus consejos espirituales a todos aquellos que ambicionaban de luchar contra el comunismo y de consolidar la fe católica en su país. Fue en estas circunstancias que Balaguer viajó apresuradamente a Santiago de Chile en 1974, para celebrar una acción de gracias con tres de sus «hijos espirituales», el general Pinochet, el almirante Merino y el general Leigh.
El Opus Dei se tomó como objetivo de seleccionar y de formar las elites de la dictadura española hasta controlar lo esencial del poder. Así, en los años setenta, el gobierno franquista del almirante Carero Blanco fue calificado de « monocolor » : de sus 19 ministros, 12 eran del Opus Dei. A pesar que Escriva de Balaguer no ejercía ninguna responsabilidad directa en el régimen, el «padre» Balaguer nunca cesó de aconsejar al Generalísimo. Fue él quien sugirió el restablecimiento de la monarquía de derecho divino. Franco fue proclamado presidente a vida.
Balaguer preveía de hacerse proclamar regente una vez acontecida la muerte del Caudillo. Por tal motivo se hace ennoblecer en 1968 bajo el título de Monseñor Escriva de Balaguer marqués de Peralta. Pero el plan fue modificado. Al año siguiente Franco designa al príncipe Juan Carlos I de Borbón para sucederlo (el actual rey de España). De todas maneras Monseñor Escriva de Balaguer tenía otras ambiciones. A los finales de la Segunda Guerra Mundial viaja a Roma, una vez allí se dedicaba a consolidar y extender su poder en América Latina. Oratorios y capillas del Opus Dei fueron instalados en las embajadas españolas, cosa que facilitaría el contacto entre las elites locales. Escriva de Balaguer brindaba igualmente sus consejos espirituales a todos aquellos que ambicionaban de luchar contra el comunismo y de consolidar la fe católica en su país. Fue en estas circunstancias que Balaguer viajó apresuradamente a Santiago de Chile en 1974, para celebrar una acción de gracias con tres de sus «hijos espirituales», el general Pinochet, el almirante Merino y el general Leigh.
Otra de las inquietudes de Balaguer era extender su «Obra» en Europa pero fue en parte impedido por el aislamiento diplomático de España en aquella entonces. Su objetivo era de volver a crear una internacional anticomunista (como la que crearon Franco- Mussolini-Hitler durante la guerra civil española), de sacar del apartamiento a la España franquista y de favorecer la construcción europea.
En 1957 hizo crear en Madrid, por el archiduque Otto von Habsburg-Lothiringen, le Centre Europeo de Documentación y de Información (CEDI) y, gracias a dos otros de sus «hijos espirituales», Alcide de Gasperi et Robert Schuman, Balaguer pudo tener un peso en la redacción del tratado de Roma, primer cimiento para la creación de la Comunidad Europea. A igual que Francisco Franco, el «padre» fallece en el año 1975. Fue un error de creer que el Opus Dei desaparecería con ellos en el infierno. Un apogeo de esta secta fue constatado tres años más tarde, en 1978. Aprovechando de las intrigas y la parálisis del Sagrado Colegio, el Opus Dei logró convencer a los cardinales de elegir uno de sus predicadores como Papa: el arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, más conocido como Juan Pablo II. A partir de ese momento la secta del Opus Dei pudó encaminar a su provecho el aparato diplomático del Estado del Vaticano y la reorganización religiosa de la iglesia católica.
Juan Pablo II constituyó su gabinete exclusivamente de sacerdotes del Opus Dei y se dedicó a desmontar toda resistencia en el seno de la Iglesia. Por tal motivo hizo aislar- «por razones de salud»- al superior de los jesuitas, el padre Pedro Arupe y nombró un administrador provisorio de la misma orden para remplazarlo en la persona del padre Dezza, quien si era miembro del Opus Dei. Pero no se atrevió a disolver la compañía de Jesús. Se ocupó también de controlar a los sacerdotes latinoamericanos, culpables de compartir o apreciar los análisis marxistas y de oponerse a las dictaduras católicas. Todo esto en un gigantesco proceso de control eclesiástico.
Dos personas celotas fueron fieles servidores de la política de Balaguer: Monseñor Josef Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina y la Fe y, Monseñor Alfonso López Trujillo, presidente del Concejo Pontifical para la Familia. Un centro de vigilancia fue instalado en Bogotá, Colombia, dotado de una potente computadora de capacidad estratégica, conectados al Vaticano. Se fichaban todos los datos y actividades políticas de los curas y religiosos latinoamericanos. Es a partir de estas informaciones y datos de inteligencia que fueron asesinados por «escuadrones de la muerte», el padre Ignacio Ellacuria o Monseñor Oscar Romero en El Salvador. Entre otras cosas, Juan Pablo II promulgó un nuevo código de derecho canónico, cuyo artífice principal fue el prelado del Opus Dei, Monseñor Julián Herranz-Casado, a quien se le nombró más tarde presidente del Concejo Pontifical para la Revisión de los Textos Legislativos.
Fue este último quien dotó a la «Obra de Dios» de un estatuto a su medida: «La Prelatura Apostólica». En adelante los miembros del Opus Dei escapan a la autoridad de los obispos en el territorio donde residen. Obedecen únicamente que a su superior religioso, prelado o al Papa. Esta organización ha llegado a ser un instrumento de control de las Iglesias locales al servicio del poder temporal del Vaticano. Este destino lo encontramos en el pasado y en otra secta que reinó con el terror religioso en la España del siglo XVI, antes de imponer y exportar su fanatismo en la Iglesia Universal: El Oficio de la Santa Inquisición.
En fin, el Papa confió la administración de la «Congregación para la Causa de los Santos» a un miembro del Opus Dei, Rafaello Cortesini. Juan Pablo II emprendió el proceso canónico del sacerdote Escriva de Balaguer y proclamó su beatificación el día de su cumpleaños, el 17 de mayo 1992. Esta mascarada sublevó vivas polémicas en la Iglesia Romana. Todos los testimonios y relatos de oposición a la «causa del santo» fueron rechazadas sin ser escuchadas mientras que 6000 cartas postuladoras fueron incluidas al expediente. Estas emanaban sobre todo de los 69 cardinales, de los 241 arzobispos, de 987 obispos y de numerosos jefes de Estado y del gobierno.
Thierry Meyssan
Periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire con sede en París, Francia. Es el autor de La gran impostura y del Pentagate
DESCRIPCIÓN DE TIPOS DE GENTE DEL OPUS
Descripción de las clases de gente que puede haber en el Opus Dei, según un chiste contado por el sociólogo Alberto Moncada, en un programa debate, emitido por televisión sobre el Opus Dei.
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