El hecho de existir "diferencias de clases" en el Opus, solo demuestra el fraude que es de base. El mismo fundador del Opus, muy lejos de seguir el ejemplo del Jesús que describe el evangelio, se preocupó de obtener un título nobiliario (con los privilegios que conlleva) y lo que es más grave mediante falsificaciones, cosa que parece habitual en el Opus. Yo mismo he sido víctima de falsificaciones por parte del Opus.
Unos en el Opus pueden tener privilegios (los numerarios), otros no, con la única justificación de las "clases sociales". El mismo fundador del Opus predica la resignación de no intentar cambiar de clase social porque cada uno nace en una clase social porque "Dios lo ha dispuesto así", cosa que él demostró no cumplir en su vida ("Dios dispuso que naciese en una familia humilde y él intentó rebelarse contra esa voluntad de Dios consiguiendo un título de Marqués mediante falsificaciones). Me pregunto si alguien aquí tiene alguna duda de que miseria es el Opus, tanta injusticia, tanta mentira....
Siempre el resultado es el mismo. Víctimas explotadas que se sienten engañadas, pero les consuelan diciéndoles que son "buenas personas" cosa que no se puede decir de los que tienen privilegios. Cada vez que lo pienso, me convenzo más de la necesidad de impedir que continue tanto engaño y desprecio inhumano hacia personas de buena voluntad. Hay que perseguir los abusos del Opus con todas las fuerzas. El Opus es una enfermedad social grave y hay que ayudar a la sociedad por la simple razón de que así os vais a poder ayudar a vosotros mismos y a vuestros hijos. Ojalá que mi intento de haceros comprender, llegue al entendimiento de alguno de vosotros.
Yo tengo 50 años, no puedo formar una familia gracias al Opus. Mi madre (que es del Opus) me llamó para felicitarme el día de mi cumpleaños, al mismo tiempo que me llamaba enfermo y que necesitaba ayuda psiquiátrica (de algún psiquiátra del Opus se entiende, no olvidar la cuarta planta) aunque yo entiendo que el terreno de la psiquiatría está monopolizado de alguna forma por sus intereses, de la misma forma que la justicia (ver el caso del Yak-42).
Mi vida está destrozada, pero tengo una fuerza interior que me obliga a seguir luchando para acabar con esta situación de abuso vergonzosa. Soy consciente de que yo solo no puedo conseguir nada, pero mi anhelo es que existan mas personas que no se resignen ante una ilegalidad tan enorme que es el OPus.
No sirve de nada llorar, pero sí intentar cambiar las cosas. Espero que alguien aprecie mis esfuerzos, que no van a cesar mientras viva, o hasta que me maten como me amenazan. Todo con la mayor impunidad y sin que exista ninguna sensibilidad social significativa ante esta mafia que es el Opus.